tomado de elmundo.es
Queipo de Llano, el general que ejerció como virrey del franquismo en Sevilla, sigue estando, 81 años después, presente en la política sevillana. La sombra del militar golpista, que tomó la capital hispalense en nombre de Franco en 1936 y que ejerció un poder casi omnímodo, no ha abandonado aún la ciudad y sus restos, enterrados en la Basílica de la Macarena, amenazan con abrir viejas heridas.
La sepultura del general es, sin duda, el vestigio franquista más evidente y simbólico que queda en la ciudad y es, también, el principal objetivo que se han propuesto los promotores de la limpieza histórica que prevé la recientemente aprobada Ley de Memoria de Andalucía. Hasta ahora, y salvo alguna esporádica y no muy ruidosa protesta, el cadáver de Queipo había escapado del debate y de la polémica. Pero ahora, por primera vez, que el ataúd del militar golpista salga de la Macarena no parece tan descabellado.
N.R. De paso que liquiden también el del genocida en jefe del Valle de los "Caídos"
1 comentario:
Decididamente la quema de iglesias estuvo de puta madre. Yo también me hubiera apuntado.
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