Tomado de publico.es
Pon un micrófono delante de un obispo y, ¡chas!, que empiece el festival del humor. En esta ocasión ha sido un obispo ortodoxo de la Iglesia chipriota, monseñor Neophytos Masouras, el que ha proclamado (totalmente en serio) que la homosexualidad tiene una base biológica y además, está directamente vinculada con una práctica “contra natura”, el sexo anal:
“La homosexualidad es un problema, que se transmite habitualmente entre los padres del hijo”, afirmó Masouras durante un sermón ante los feligreses en Akaki (Chipre). El “contagio” de la homosexualidad seguiría el siguiente patrón: “La transferencia de la homosexualidad ocurre cuando una pareja tiene relaciones sexuales ‘no naturales’ cuando la mujer está embarazada”. Es decir, que si una mujer embarazada practica el sexo anal, el bebé adquiere inmediatamente la condición de gay.
“Para ser más exactos, hablo del sexo anal -prosiguió el religioso- San Porfirio dice que cuando la mujer disfruta eso [el sexo anal], se crea un deseo y después ese deseo es transmitido al hijo”.
El vídeo ha corrido como la pólvora en las redes sociales gracias a la difusión realizada por Accept, un grupo griego de derechos LGTB con el título “Cómo se crean las lesbianas”. La respuesta es evidente: practicando el griego.
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