jueves, 4 de julio de 2019

DE CILICIOS Y LA CALÓ

Tomado de publico.es

Mortifíquese, pero con criterio. Y en caso de calor sofocante, hágalo con el aire acondicionado apagado. Así se desprende de las recomendaciones efectuadas por el Obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, quien a día de hoy no descarta la utilización de las mortificaciones corporales. ¿Cuáles? ¿Cómo? Sobre ese punto, el religioso vasco es claro: no será la Iglesia quien diga “esto sí, esto no”.

Estas reflexiones fueron formuladas este lunes en “Sexto Continente”, el programa del obispo guipuzcoano en Radio María. El asunto se planteó en el tramo final de la emisión, cuando llegó el turno de las preguntas enviadas por los oyentes. Fue entonces cuando una colaboradora del programa leyó la interrogante enviada por Tomás, un seguidor que vive en Sevilla.

Munilla indicó que “lo que sí es propio de la Iglesia es dar criterios”. “Las mortificaciones corporales para que tengan su razón de ser tienen que estar integradas, al servicio de la mortificación de nuestro amor propio –explicó-. Porque aquí, lo importante, es mortificar nuestro amor propio y buscar un corazón humilde”. “Si las mortificaciones corporales no están integradas en eso, hay que rediseñar el asunto”, subrayó.

En ese sentido, remarcó que “las mortificaciones que más valen no son las que uno elige libre y voluntariamente”, sino aquellas que implican “la aceptación de algo que me está mortificando, y yo tengo que elegir entre asumirlo a regañadientes, de mala manera y amargado, a acogerlo y abrazarlo con confianza y con alegría”.

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