En su Historia del siglo XX, el historiador británico Eric Hobsbawm se refiere a las décadas de 1980 y 1990 como la “era de la teología económica neoliberal”. En la misma línea, y haciendo igualmente un uso metafórico del lenguaje religioso, el escritor y periodista español Manuel Vázquez Montalbán acuñó la descriptiva expresión “teología neoliberal” para referirse a un tipo de fundamentalismo económico basado en los dogmas del neoliberalismo, hoy de sobra conocidos: desregulación de la economía, privatización y reducción del papel del Estado, entre otros principios que convierten al libre mercado en una especie de divinidad universal cuyos preceptos deben ser obedecidos de manera inflexible.
Los mandamientos de la teología económica neoliberal representan el pacto de amor incondicional suscrito entre los promotores de la globalización neoliberal y el Mercado. Los deberes incondicionales que la teología neoliberal exige cumplir pueden formularse del siguiente modo:
1. Amarás al Señor tu Dios, el Mercado, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.
2. No opondrás resistencia a la actual globalización neoliberal de mercados, finanzas y capitales.
3. Privatizarás todo lo privatizable, reducirás a mínimos el Estado y dejarás el gobierno en manos de poderes globales privados.
4. No ejercerás resistencia contra el sacrificio de vidas humanas y no humanas.
5. No te resistirás a la innovación tecnológica.
6. Liberalizarás todos los mercados nacionales hasta hacer que el mundo se convierta en un mercado único global.
7. Codiciarás los bienes ajenos. Extenderás tus propiedades allende los mares ejerciendo nuevas formas de colonización.
8. Practicarás el evangelio de la competitividad. Lucharás a sangre y fuego contra el prójimo hasta llegar a ser el vencedor, el mejor y más exitoso líder del mercado.
9. Sustituirás la justicia social, una grave amenaza y coerción al valor de la libertad individual, por la caridad, la compasión y la buena voluntad como ejemplo de virtud moral altruista con los desafortunados que viven al margen del Mercado.
10. Defenderás una “utopía conservadora” (Hinkelammert), aquella que hace apología de la realidad existente, la radicaliza y mantiene inmutable. Abandonarás sin contemplaciones el sueño y la esperanza vana de un mundo mejor, más justo, igualitario y democrático, porque ya estás, de hecho, en el mejor de los mundos posibles.
2 comentarios:
Digo yo: ¿la Iglesia denunciará esto por apropiación indebida de marca, por lo de los diez mandamientos, o se apuntará al carro y lo bendecirá?
Los jerarcas eclesiásticos hace mucho que bendicen los mandamientos neocom (que se pueden reducir a uno: enriqueceros los pocos a costa de los muchos)
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