martes, 18 de julio de 2017

LOS SEÑORITOS QUIEREN SU ESCULTURA EN UNA ROTONDA

Tomado de elplural.com

Es una polémica abierta en la gaditana localidad de Sanlúcar de Barrameda que viene de lejos. Desde que se conocieron los planes del Consistorio el debate ciudadano se abrió. El rechazo a la colocación de una "mastodóntica" escultura de la Virgen del Rocío en una rotonda pública y con figuras humanas en su base inspiradas en los rostros de sus promotores, ha aglutinado a numerosos colectivos en torno a la Plataforma Laicista. Dicha plataforma está compuesta por Cádiz Laica, Podemos, Izquierda Unida, Anticapitalistas, Marea Violeta, Club de lectura Mardeleva, Aula Gerión, USTEA, Comisiones Obreras, Foro por la Memoria Democrática, Ecologistas en Acción, Asociación de librepensadores Colom Víctor y un nutrido grupo de ciudadanía a título personal. Todos se han unido en un solo ente frente a la inminente colocación por parte del Ayuntamiento de Sanlúcar del llamado monumento al sentimiento rociero en un jardín de Bajo de Guía.

El Ayuntamiento socialista de Sanlúcar de Barrameda impone un símbolo religioso en terrenos públicos, constituido por una mastodóntica escultura de la virgen del Rocío. En las últimas palabras públicas sobre el asunto, el alcalde Víctor Mora (PSOE) afirmaba que quería “contar con el mayor consenso social”. Para los colectivos opositores el consenso social, en asuntos religiosos, sólo es posible en regímenes totalitarios tipo “Teocracias”. Las religiones y sus símbolos no deben imponerse al conjunto de la sociedad. Así lo han entendido, aplicando principios laicos, las democracias más desarrolladas. Las creencias e imágenes religiosas son tan controvertidas (para unos objetos de adoración, algo divino; para otros, burdas supersticiones o herramientas de sometimiento) que lo más sensato es mantener neutrales a las Instituciones Públicas que nos representan a todas y todos.

Les resulta paradójico que el partido gobernante (PSOE), en su reciente 39º Congreso Federal, haya creado una Secretaría de Laicidad para luego practicar un ejercicio de incoherencia política de tan altas dimensiones como el monumento religioso que quiere imponer a la ciudadanía sanluqueña. Además, la escultura que para algunos representa un sentimiento religioso (que, como decimos, debe circunscribirse a sus espacios privados) para otros no es sino una exaltación de la vanidad y la arrogancia, al estar representadas en ella las caras de los promotores de la escultura, y a la sumisión de los poderes públicos ante el poder económico.

1 comentario:

Juan Moreu dijo...

Yo casi se las dejaría colocar para luego organizar un campeonato de tiro al blanco con los escolares de la zona. Y si alguna quedaba en pie... pues, pa los del botellón.