martes, 4 de febrero de 2020

NUEVOS ILUMINATI PERUANOS

Tomado de elperiodico.com

Nelly Huamaní Machaca de Espinoza vendía hasta hace poco calzados en las calles de Ucayali, una pequeña ciudad ubicada 497 kilómetros al este de Lima. Caminaba con un velo en la cabeza para no ofender al Altísimo. Antes y después del trasiego comercial canta sus alabanzas acompañada de una guitarra. A los 34 años, acaba de convertirse en congresista e integrará la bancada de 16 integrantes del Frente Popular Agrícola del Perú (Frepap). Se lo conoce como el partido de "el pescadito" porque se apropió del símbolo de los dos arcos intersectados con la forma de un pez que fue empleado por los primeros cristianos como símbolo secreto. Los hombres del Frepap llegarán al Parlamento con sus túnicas celeste y blanca, las barbas tupidas y el cabello sobre los hombros. Las mujeres como Nelly se apegarán a lo que la Biblia dicta en cuestión de vestimenta. El Frepap ha sido la segunda fuerza más votada en los recientes comicios. Ella dice ser apenas el instrumento transitorio de una fuerza superior que se ha encarnado en un partido que define como teocrático sin ruborizarse.

El Frepap es el brazo político de la Asociación Evangélica de la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal (Aeminpu), fundada en 1968 en Paucartambo, en el departamento andino del Cusco, por un humilde zapatero de nombre Ezequiel Ataucusi Gamonal. Educado primero por adventistas, Ezequiel, dicen sus seguidores, siguió su camino personal después de que el mismo Dios le diera las claves de la interpretación correcta de las Escrituras. Y no solo eso: lo conminó a transmitir la verdad en los Cuatro Cantones de la Tierra, de acuerdo con el imaginario incaico. Por eso los israelitas, como también se los conocen, creen a pie juntilla que él fue un mesías equiparable con Moisés y Jesús. Le atribuyeron además la capacidad de calcular el día del Juicio Final. Como las predicciones nunca se cumplían, se explicó que Dios había dado una nueva tregua a la humanidad.

Ezequiel falleció durante la última campaña electoral. Sus exequias tuvieron carácter masivo en la periferia limeña. Al principio esperaron su resurrección. Luego se conformarlo con llevarlo en sus corazones.

La avalancha de votos que recibió el Frepap provocó el desconcierto de sociólogos y comentaristas que consideran a los israelitas apenas una comunidad de excéntricos asentada en algunas zonas rurales. Para el antropólogo Juan Ossio los seguidores Ezequiel iluminan el Perú profundo que sigue sin ser escuchado por las élites. En un sentido lo compara con el grupo armado maoísta Sendero Luminoso que asoló a ese país durante la década del ochenta y parte del noventa. Los seguidores del 'pescadito' surgieron en el mismo contexto de violencia y falta de oportunidades. Mientras que los senderistas buscaron la 'salvación' en la lucha armada los otros se aferraron a la palabra bíblica. Ambos movimientos fueron mesiánicos y manejados por líderes carismáticos.

Los hombres y mujeres del Frepap creen que Perú es la tierra prometida de Occidente. En Alto Monte de Israel, en el noreste de ese país, casi en los bordes amazónicos, ya se instalaron algunos laboratorios sociales del proyecto de Ezequiel. Unas cuatro mil familias viven en casitas de madera con un ascetismo comparable al de los mormones. Allí mezclan saberes ancestrales con las prescripciones que emanan del Viejo Testamento. Hasta tienen una suerte de 'sabbat'. Antes de la puesta del sol del viernes inician sus rituales. Se encienden velas y se recuerda al padre fundador hasta que vuelvan a aparecer las estrellas en el cielo del sábado. Nelly y su bancada también se apegan a esos rituales.

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