domingo, 4 de julio de 2021

USO PÚBLICO

Tomado de elpais.com
 
A principios de junio, la Xunta y el Gobierno central acordaron retirar la candidatura a Patrimonio Mundial de la Ribeira Sacra, donde se encuentra el único monasterio cisterciense femenino en activo de Galicia. Después de tres años de preparación, en una carrera por el título sin aparentes tropiezos, los inspectores del Icomos (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios), órgano asesor de la Unesco, sacaron los colores al Ejecutivo autonómico con un demoledor informe en el que recomendaban que en la votación del mes de julio no se respaldase esta comarca que abarca 25 municipios de Lugo y Ourense. También emitían un veredicto negativo sobre el Paisaje de la Luz de Madrid, que sin embargo no ha dado el paso atrás y se presentará al examen final.

Si la contaminación era, entre otros, uno de los aspectos que el Icomos afeaba en el caso de la capital de España, en la Ribeira Sacra reprochaba un rosario de atentados medioambientales perpetrados desde la dictadura hasta el presente. Además, el organismo dedicaba buena parte del informe al proceso de desacralización de este paisaje cultural vitivinícola en el que lo sagrado, en otros tiempos, era la esencia, como reza su propio nombre. El Icomos citaba expresamente, como únicas supervivientes, a las religiosas que entraron en la disciplina del Císter hace nueve siglos y que ni siquiera llegaron a ausentarse del pueblo cuando en la Desamortización de 1835 fueron vaciados todos los monasterios. “La única comunidad monástica que aún existe [en la Ribeira Sacra] está compuesta por ocho monjas en Ferreira de Pantón”, recordaba el informe.

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