domingo, 7 de julio de 2024

QUE ME QUITEN DE LA ORLA

Tomado de elpais.com

Una traición imperdonable”. Así definen 107 exalumnos de los colegios jesuitas de Barcelona los delitos de abusos sexuales a menores cometidos por los religiosos que daban clase en sus aulas “y encubiertos por la dirección, profesores y otros miembros de la comunidad jesuita”. Por esta razón, y como señalan en una carta y tres burofaxes (uno a cada colegio) enviados este jueves a la orden, exigen una disculpa pública, apoyo integral a las víctimas, compensación económica y medidas efectivas para prevenir futuros abusos. Pero no solo esto, también que se retiren sus fotografías que aparecen en las orlas que siguen colgadas en los pasillos de los tres centros educativos: el de Sarrià, el de Casp y el de Clot.

“No queremos ser asociados con una institución que ha permitido y encubierto tales actos atroces”, aparece en una carta que han remitido a los jesuitas, según afirman en un comunicado los antiguos estudiantes, entre los que se encuentran seis víctimas. Desde el envío de la reclamación, una decena estudiantes de los jesuitas se han sumado a esta iniciativa, por lo que el grupo está pensando en enviar próximamente otra solicitud con el número de reclamantes actualizado.

Las promociones del más del centenar de estos estudiantes van desde 1956 hasta el 2014. El grupo escuda su petición en la legislación sobre protección de datos personales y derechos de imagen, para que “amablemente” retiren y eliminen dichas fotografías, realizadas durante su vida escolar, “de cualquier material escolar, archivo digital o cualquier otro medio en el que esté siendo utilizada”. Del mismo modo, han solicitado a los jesuitas que “no alteren el orden y posición actual de las fotos de los otros compañeros”, por lo que, de hacerse, será visible que las caras de más de un centenar de alumnos se han eliminado. “Ellos no tienen culpa alguna de nuestra petición”, aparece en el comunicado de los exalumnos.

El escándalo de pederastia en los jesuitas de Cataluña estalló a finales de 2018, cuando este periódico publicó que la orden trasladó en 1994 al jesuita y profesor Luis Tó, condenado por abusar a una menor del colegio de Sant Ignasi de Barcelona, a Bolivia. La noticia desencadenó que nuevas víctimas de Tó y otros religiosos que daban clase en varios colegios jesuitas de Cataluña salieran en los medios denunciando su caso. Ese terremoto mediático obligó a la orden a anunciar una investigación interna en los últimos 60 años, que dio como resultado un informe en el que admitían que 96 religiosos habían abusado de 118 personas desde 1927, 81 de ellas eran menores en el momento de los hechos.

Cinco años después de la investigación que inició EL PAÍS, este periódico publicó un reportaje sobre Alfonso Pedrajas, un jesuita misionero en Bolivia que admitió en un diario haber abusado de al menos 85 niños en ese país y que sus superiores los encubrieron. Pedrajas falleció en 2009, pero la Fiscalía de Bolivia abrió una causa contra los posibles encubridores. El artículo sacudió al país y otros españoles jesuitas fueron acusados de pederastia en colegios bolivianos. Apareció de nuevo Luis Tó, pero también Francesc Peris, trasladado por la orden en 1983 señalado de abusos en Barcelona. En Bolivia volvió a agredir a varias niñas y regresó como profesor a Cataluña. Peris siguió abusando a menores hasta 2005, cuando la orden lo apartó. Este nuevo escándalo, que también desencadenó nuevas acusaciones contra otros religiosos, llevó a la orden a encargar una investigación interna independiente al bufete RocaJunyent. Aún no han informado sobre cuándo harán públicos los resultados.

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