El diario Público (y otros medios) se hacen eco de las declaraciones de nuestro amigo Martínez Camino, obispo de no se dónde y portaCOZ de la Conferencia Episcopal. Ya nada nos extraña del atrevimiento de semejantes jumentos, que pontifican sobre todo lo divino y, lo que es más triste, sobre todo lo humano.
Según la noticia: El Gobierno niega que la Iglesia tenga algo que ver en la reforma de la Ley de Educación que propone el ministro José Ignacio Wert y que reintroduce la evaluación de la asignatura de Religión. También lo niega la Iglesia. Sin embargo, las palabras del portavoz de la Conferencia Episcopal esta mañana no indican lo mismo. El obispo auxiliar de Madrid ha asegurado que el hecho de que la religión no sea evaluable (hasta ahora no se puntuaba esa asignatura) crea "problemas de disciplina" y ha defendido que la Teología "es una ciencia en el ámbito más o menos de las ciencias humanas, que se puede y se debe dar en la escuela [...] como se hace en las demás ciencias humanas, en la Historia, o las Matemáticas".
Dicho lo cual, se comenta que Martínez Camino ha tenido una poderosa erección.
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