martes, 10 de marzo de 2015

ANTONIO BURGOS, DELANTERO CENTRO DEL ACORAZADO ABC DE SEVILLA, CAGA POR ESCRITO



Vivimos en un estado democrático en el que existe libertad de expresión, pero creo, sinceramente, que la libertad de expresión también tiene límites. Para mi, desde luego, no está el límite en que determinadas confesiones religiosas se sientan ofendidas cuando se dibuja a Mahoma o se hace burla de Jesús, no. Pero no puedo entender que nadie reivindique el nazismo, niegue el holocausto o eleve a la categoría de mito a imitar el fascismo (incluida su variante española) o haga apología de las bondades de Stalin. Pero también cuando alguien hace apología del machismo de forma tan descarada como nuestro amigo Antonio se sobrepasan los límites éticos que cualquier persona debe respetar.

Anteayer, día 8 de marzo, el simpático Antonio Burgos, tipo campechano, cordial, jovial y carroza (más bien carrozón) se despachó con un artículo de opinión del que, para ver el contenido, destacamos la siguiente perla preciosa de la literatura cofrade meapilista: "Que las mujeres se puedan vestir de nazareno en Sevilla es una conquista mucho más importante que el voto femenino".

Por supuesto que Burgos acude a los lugares comunes de la literatura rancia, ultramontana y carcamalesca y así habla del "Tribunal de la Inquisición del Pensamiento Único Progre. Hoy es 8 de marzo. Uno de enero, dos de febrero y ocho de marzo, San Fermín: el día del encierro de los machistas, que los corren a babuchazos por la calle de la Estafeta de la ideología dominante, de la Dictadura de la Igualdad de Género".

En fin Antonio, qué mal debes pasarlo en este mundo feminista y asqueroso. Menos mal que te quedan tus capillitas y esas procesiones tan bonitas y educativas. Tanto que, a lo que se ve, ni Podemos quiere renunciar a ellas. Un beso, cariño.

Si tienes ganas de vomitar puedes leer el artículo completo en el siguiente enlace antonioburgos.com

1 comentario:

Kassiopea. dijo...

Si este tipo tuviera comentarios abiertos en su web, le diría la ilusión que me hace que me dejen vestirme de nazarena, oye. Ni votar, ni un curro digno, ni que se me respete como persona... a mí lo que me mola es el disfraz de nazarena. Qué país.