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lunes, 4 de mayo de 2015
PARA EL OBISPO DE SAN SEBASTIÁN, EL SEXO ES ADICTIVO
Tomado de publico.es
“Cuando desgajamos amor y sexualidad, esta última se convierte en una sustancia con poder adictivo, como ocurre con el alcohol, determinados fármacos o el juego”. Así lo considera el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, en el libro Sexo con alma y cuerpo que acaba de publicar junto a Begoña Ruiz. A juicio de este obispo, “es muy distinto el placer que se obtiene de una relación sexual sin amor del de otra relación en la que amor es lo que se quiere comunicar”. Munilla equipara así ambas relaciones al “jamón de jabugo o jamón de paleta cocida”. “Se llama jamón pero no es lo mismo” (y lo dice por experiencia).
“El hecho de ser varón o mujer, ¿condiciona la manera de sentir, de vivir, de estar en el mundo?. Munilla y Ruiz consideran que sí. En su opinión, “una persona, por el hecho de ser mujer, va a ser cíclica, y tendrá unos procesos hormonales concretos en relación a su fertilidad”. Esto, insisten, afecta incluso al “estado de humor” de esas mujeres: “pueden estar más sensibles o susceptibles, a algunas les da por la actividad o por la limpieza, se sienten más o menos vitales…”. (esto no sabemos si es de Munilla o de Ruiz).
El obispo y su colaboradora lamentan que en España “millones de jóvenes” se relacionen “desde el lío”, “el contacto íntimo con alguien con quien no se tiene un compromiso formal”. Aseguran que “divertirse en clave de ‘lío’ es como ‘ir a buscar cacho’. Esta es la consecuencia de convertir el placer en el sentido último de la sexualidad”.
En el libro no se hace ninguna recomendación en cuanto al uso de métodos anticonceptivos ni que eviten enfermedades de transmisión sexual. Dedican dos párrafos a las relaciones homosexuales. Se valen de una cita del Catecismo de la Iglesia Católica que afirma que “apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves, la Tradición ha declarado siempre que los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados”. Añade, además, que los homosexuales, en sus prácticas sexuales, “no pueden recibir aprobación en ningún caso”.
Munilla y Ruiz critican que la “mentalidad” de hoy en día se base en el “protégete y disfruta”. Pero a pesar de la existencia de los preservativos, insisten en que “no existen relaciones sexuales seguras”. Respecto a la masturbación, se considera que se trata de “una violencia sobre el cuerpo, porque pretende arrancarle el placer, sin vivir a cambio la verdad del amor que le da sentido”. Así, emplazan a los lectores a “luchar por no masturbarse”.
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