sábado, 15 de junio de 2019

ZORZONA, ACOJONA.

Tomado de publico.es

Una guerra larvada y tenaz se dirime en la Diócesis de Cádiz y Ceuta a cuenta de la gestión de su obispo, Rafael Zornoza Boy (Madrid, 1949). Gran parte del clero local, en silencio, y organizaciones de cristianos de base rechazan la gestión del prelado, al que ven más ocupado en cuestiones mercantiles y pecuniarias que en las evangélicas y las dirigidas a la defensa de las personas en situación de pobreza o exclusión, que en esta provincia, con tasas de paro cercanas al 30%, son legión.

La última batalla se ha librado en el Juzgado de lo Social número 3 de esta ciudad, cuyo titular ha declarado nulo el despido de una trabajadora del Obispado al considerar que ha sido producto de una "represalia empresarial" contra esta empleada que llevaba 18 años en la entidad. Pero eso sólo es la "punta del iceberg", advierte Rafael Vez, canónigo de la Catedral y párroco de Conil de la Frontera, la cabeza visible de la oposición clerical.

A Cádiz, la única alcaldía de capital de España donde las confluencias de Podemos han ganado las últimas elecciones con José María González, Kichi, llegó monseñor Zornoza Boy en el año 2011, procedente de Getafe, donde era obispo auxiliar en los tiempos en que Antonio María Rouco Varela presidía la Conferencia Episcopal con recio puño conservador. Pero no fue hasta dos años después que empezaron las escaramuzas, los despidos de empleados con muchos años de trabajo en el Obispado y en Cáritas (una veintena desde entonces, según diversas fuentes), los destinos apartados para clérigos críticos con el nuevo estamento y los trasiegos patrimoniales.

El prelado fue creando su nuevo equipo, rodeándose de un grupo de sacerdotes jóvenes que no superan los 40 años de edad y de otros traídos de fuera, de Colombia, sobre todo, y poniendo al frente de las finanzas de la diócesis al ecónomo Antonio Diufaín, a quienes los críticos señalan como el artífice de la operación "neoliberal" para transformar el Obispado en una "empresa" rentable.

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