Tomado de publico.es
José María Castillo es un referente imprescindible entre las comunidades cristianas de base de España. De sólida formación teológica, su lectura transformadora del Evangelio le ha ocasionado no pocos sinsabores en el interior de la Iglesia. En 1981, le fue retirada la cátedra de Teología. Y en 1988 le prohibieron de por vida enseñar en una institución católica. Muchos de sus libros han sido proscritos por la Conferencia Episcopal Española. A sus 90 años (Puebla de don Fadrique, 1929), mantiene una lucidez conmovedora a través del teléfono. Su verbo es cristalino, rotundo y punzante como un bisturí.
¿Usted cree que los obispos están comerciando con las catedrales?
Sí, claro. ¿A usted le cabe en su cabeza que el obispo de Córdoba haya inmatriculado la Mezquita por no sé cuantos euros? La ha hecho propiedad de la Iglesia y, si usted va a Córdoba y quiere ver la Mezquita, tiene que pagar. ¿Y ese dinero dónde va? Al bolsillo de los canónigos y del obispo.
¿Y a usted qué le parece?
Eso es un escándalo. Han convertido la casa de Dios en una cueva de bandidos, según el Evangelio. Con esto no llamo bandido al obispo y los canónigos. Simplemente relato lo que dice el Evangelio.
¿Qué hay que hacer con las inmatriculaciones?
Devolver todo al Estado. Todo eso es de dominio público. Que el Estado lo estudie. ¡Pero si Jesús le prohibió a los Apóstoles hasta llevar dinero! Lea usted el capítulo 10 del Evangelio de Mateo. Lo dice clarísimamente Jesús: “No llevéis dinero”. Ni mucho menos cobrar. A mí me indigna que cobren por los sacramentos. Por una boda, por un bautizo. ¿Qué cobrar? ¿Qué negocio es este? Y dicen: ¿el cura de qué va a vivir? ¡Que trabaje! ¡Que se busque la vida como todo bicho viviente!
No hay comentarios:
Publicar un comentario