Que a la carcundia, incluida la iglesia católica española, la prensa cavernícola y, por supuesto, todos los partidos meapilistas les preocupe más las ausencias a una misa convocada por la Conferencia Episcopal Española en la que intentan monopolizar el dolor por los fallecimientos a causa del Covid19, que los asistentes a la misma, es verdaderamente preocupante y significativo del nivel porcino existente en este país.
Vergüenza ajena debería darles, en un estado aconfesional, que una secta religiosa como la católica monopolice el dolor colectivo. Si quieren hacer misas, que las hagan, pero convocar a las fuerzas políticas, incluida la familia del mayor defraudador del país (ese de los 65 millones de euros del que no habla nada la caverna) tratando de aparentar un poder, una importancia y una representatividad que no les corresponde, me parece un auténtico despropósito.
Hubiera estado bien el reparto de cilicios y flagelos para poder sufrir a gusto todos esos meapilas que se dan golpes de pecho a la vez que llaman asesinos a los que no comulgan con sus ruedas de molino. Como dijo el gran José Antonio Labordeta: A la mierda joder, a la miderda
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