viernes, 10 de marzo de 2023

PREDICAR UNA COSA Y HACER LA CONTRARIA

Tomado de elpais.com
 
El primer sacerdote expulsado de la Iglesia española por un caso de pederastia, el que fuera párroco de la iglesia mallorquina de Can Picafort, Pere Barceló, ha sido procesado de nuevo por un caso de presuntos abusos sexuales cometidos cuando dirigía la iglesia de este núcleo urbano del norte de Mallorca. La magistrada del Juzgado de Instrucción número uno de Inca ha dictado un auto de procesamiento contra el excura por un presunto caso de abusos sexuales cometidos entre 2008 y 2010 contra una menor que tenía siete años cuando comenzaron las agresiones.

Barceló salió de la cárcel en agosto del año pasado después de cumplir la pena de seis años de reclusión, a la que fue condenado tras admitir que violó hasta una decena de veces a una niña de 10 años que acudía a recibir la catequesis en la parroquia. Según ha adelantado Diario de Mallorca y ha confirmado EL PAÍS, el Juzgado de Instrucción número uno de Inca, ha dirigido la investigación contra el exsacerdote después de que la víctima, que ahora es mayor de edad, relatara en 2018 una serie de abusos sexuales cometidos por el entonces párroco de Can Picafort.

La denunciante narró que los presuntos abusos se produjeron entre los años 2008 y 2010, cuando ella tenía entre nueve y 10 años, y cesaron cuando dejó de acudir a la iglesia local, según han confirmado fuentes judiciales. La jueza considera que existen indicios de delito contra el exsacerdote y ha dictado un auto de procesamiento por presuntos abusos sexuales.

Barceló, a través de su abogado, ha recurrido el auto ante la Audiencia Provincial de Palma, que decidirá si finalmente se sienta en el banquillo de los acusados. El exreligioso, que ahora tiene 70 años, fue el primer sacerdote expulsado de la Iglesia española por un caso de pederastia. En el año 2013 el Tribunal Eclesiástico le consideró culpable de “gravísimos” delitos sexuales después de que tres mujeres le acusaran ante un juez de haber abusado de ellas cuando eran menores. El Obispado de Mallorca le prohibió totalmente el ejercicio del sacerdocio, la pena máxima eclesial.

En la sentencia canónica, dictada en marzo de 2013, el tribunal eclesiástico admitió que “se miraba, con frecuencia, hacia otro lado, disimulando los hechos que aparecían”. Mientras la Iglesia decidía la expulsión de Barceló, el exsacerdote fue imputado por un juzgado de Inca a raíz de la denuncia de las víctimas. Finalmente, en julio de 2016 uno de los casos llegó a juicio y el excura fue condenado por la Audiencia Provincial a seis años de cárcel por un delito continuado de agresión sexual, tras reconocer que violó en una decena de ocasiones a una niña de 10 años que acudía a la parroquia a recibir la catequesis y participar en las actividades de verano.

Barceló confesó que los abusos comenzaron a producirse en 1997, cuando la menor acudía a realizar actividades de ocio y a ayudar en labores de monaguillo en la parroquia de Can Picafort. El excura relató que aprovechaba la confianza de la niña para abusar de ella, comenzando con tocamientos en lugares como el coche o la sala común, para ir más allá hasta forzarla a practicarle sexo oral en la habitación que tenía en la parroquia y aprovechando que el resto de los menores que participaban en las actividades estaban echando la siesta.

Pere Barceló salió de la prisión de Segovia el pasado mes de agosto, cuando terminó de cumplir los seis años de cárcel a los que fue condenado. El exsacerdote también fue investigado tras las denuncias de otras dos menores por presuntos abusos cometidos en los años noventa, pero ambas fueron archivadas por falta de pruebas y por haber prescrito.

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