El obispo de Huelva, Santiago Gómez, adelantándose unas horas al plazo legal, hizo pública una carta con motivo de las próximas elecciones municipales del 28 de mayo. En su misiva dirigida muy especialmente a quienes se encuentren ese domingo en la Romería del Rocío.
En concreto, se refiere Santiago Gómez a los principios que deber regir el voto de los creyentes. Y es ahí donde comienza a dar señas de inclinaciones políticas determinadas al “recordar algunos principios sobre la vida social y política de la Doctrina Social de la Iglesia, para ayudar, particularmente a los diocesanos, a tomar su decisión a la luz de una conciencia debidamente formada”.
Pero esta supuesta neutralidad se cae de plano cuando afirma en la carta denominada “Nota del obispo de Huelva ante las próximas elecciones municipales” que “a la administración municipal también es exigible, dentro de sus competencias, el esfuerzo decidido por combatir cuanto atenta contra la vida (aborto o eutanasia)”. Como en otras ocasiones anteriores, el obispo toma partido y se posiciona del lado de la derecha alegando que “nadie puede exigirnos que releguemos la religión al ámbito privado, sin ninguna incidencia en la vida social”.
También añade que “los gobernantes municipales, en este caso, deben evitar entorpecer las asociaciones familiares, sociales, culturales o religiosas, privándolas o entrometiéndose en sus legítimas iniciativas; por el contrario, han de promoverlas con libertad y de manera ordenada”.
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