martes, 7 de junio de 2022

ADOCTRINAMIENTO

Tomado de eldiario.es

Isabel Díaz Ayuso anunció el lunes los recursos que presentará su Gobierno ante el Tribunal Supremo contra el currículo de bachillerato de la Lomloe. Quizá a Alberto Núñez Feijóo le interese más la economía, pero ella está aquí para salvar a España de sí misma. Algunos contenidos de los libros de texto del próximo curso le han causado tal indignación que teme por el futuro del país. “El Gobierno busca transformar la sociedad y hacerla a su medida”, dijo en rueda de prensa.

No le pareció suficiente, porque siguió hablando y denunció que “esto forma parte de un rediseño de España entera”. La gran conspiración por la que los libros de ciencias sociales de los estudiantes de 15 y 16 años terminarán cambiando el país y convirtiendo a sus habitantes en un rebaño de zombis obedientes por algo que leyeron treinta años atrás. Es como el chip que Bill Gates nos puso a todos en la cabeza y que se recargaba cada vez que reiniciábamos el Windows.

La prioridad es conseguir el titular. Da igual lo que diga la Constitución. Ayuso reclamó que esta reforma educativa se haga con “un gran debate nacional, sereno, plural, transparente y abierto”. Ese debate ya se produjo en el Parlamento, esa institución nacional a la que la Constitución le confiere el poder de aprobar leyes. La ley Celaá fue aprobada por mayoría absoluta con el apoyo de varios grupos parlamentarios. La ley Wert también se aprobó por mayoría sin que el PP la pactara con nadie. Ambas son igualmente legítimas.

La Razón, que dice que las frases seleccionadas del currículo figurarán en el recurso que presente el Gobierno de Madrid, destaca como muestra de adoctrinamiento la frase: “La dinastía de Borbón implantó el centralismo administrativo”. Eso es un hecho conocido que aparece en los libros de historia de España de los siglos XVIII y XIX. Es lo que también ocurrió en Francia y formó parte del proceso de modernización del Estado, que obviamente no careció de consecuencias políticas.

También se queja el diario de que el currículo plantee como objetivo “estudiar de forma diacrónica el papel que ha tenido la mujer”, lo que debe de ser un crimen nefando, ya que las referencias a las mujeres siempre son peligrosas. Todo era más saludable cuando sólo se hablaba de los hombres en los libros de texto.

Ningún otro Gobierno autonómico ha anunciado que presentará un recurso en los tribunales por este asunto. Para que no parezca otro ejemplo de ayusismo contra el criterio de Génova, Cuca Gamarra dijo que la dirección nacional comparte “la inquietud” de la madrileña. “El adoctrinamiento debe quedar fuera de las aulas”, comentó.

Si alguien piensa que eso significa que la asignatura de la religión tiene los días contados en los colegios españoles, no ha prestado la atención necesaria en los últimos cuarenta años. El único adoctrinamiento que acepta el PP es el que permite a la Iglesia católica enseñar su doctrina a los alumnos. Todo lo demás, incluidos los derechos de las mujeres, se considera obra del Maligno.

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