Liberar la palabra, hablar abiertamente de la pederastia en la Iglesia, surte efecto: las denuncias de abusos en el seno de la Iglesia católica belga casi se quintuplicaron el año pasado, hasta superar las 200. Un fenómeno que la Conferencia Episcopal nacional, que lleva haciendo un informe anual de pederastia desde hace más de una década, atribuye sobre todo a la emisión en la televisión flamenca, a finales de 2023, de un documental sobre los abusos de religiosos a menores.
Las denuncias han tenido otro efecto secundario: también se han disparado las demandas de apostasía, más de 14.000 en 12 meses. Un fenómeno que incluso amenaza con acelerarse, ya que las peticiones para darse de baja del registro bautismal se han vuelto a multiplicar tras la reciente visita del papa Francisco al país y sus controvertidas palabras en contra del aborto y sobre la función de la mujer.
Según el último informe anual sobre abusos en el seno de la Iglesia belga, entre julio de 2023 y junio de 2024 se registraron 218 denuncias, una cifra casi cinco veces más alta que en los 12 meses anteriores (47 denuncias) y “significativamente superior a los años precedentes”, reconocen los obispos.
Bélgica fue uno de los primeros países europeos en abrir la caja de Pandora de la pederastia en la Iglesia católica. Lo hizo a raíz de que, en 2010, el entonces obispo de Brujas, Roger Vangheluwe, reconociera que había abusado de uno de sus sobrinos durante años y que la Iglesia silenció el caso, al que luego se fueron añadiendo más denuncias. Dos años más tarde, la Iglesia creó una serie de “puntos de contacto” —primero diez, actualmente dos, uno para las diócesis y congregaciones francófonas y otro para las de habla neerlandesa— para que las víctimas de abusos sexuales cuando eran menores en el marco de una “relación pastoral” pudieran presentar una denuncia. Las oficinas reciben también denuncias de otras “formas de abuso de poder” entre adultos en el seno de la Iglesia. Desde 2013, cada otoño la Conferencia Episcopal publica las cifras anuales de las denuncias recogidas en esos puestos. En total, la Iglesia belga ha recibido 1.532 denuncias de pederastia por estas vías.
En los últimos 12 meses, las denuncias se produjeron, en su mayoría (126 casos, 76%), en la región de Flandes, algo que la Iglesia atribuye a la emisión el pasado otoño de Godvergeten (Los olvidados de Dios), un documental en el que 11 víctimas de abusos “relatan, de forma conmovedora, los graves crímenes sufridos en un contexto pastoral que destruyeron sus vidas”, como reconoce el propio informe eclesiástico.
Más que las denuncias de abusos, lo que se ha disparado este año en Bélgica son las peticiones de apostasía: 14.251 personas pidieron darse de baja en la Iglesia católica en Bélgica en 2023, frente a una media de 1.200 en años precedentes, con la única excepción de un pico de 5.000 en 2021.
1 comentario:
Ánimo a apostatar a todos aquellos que tienen a la iglesia católica en el otro extremo de sus vidas...igual que se han alejado de los actos religiosos...así podría ponerse en tela de juicio el Concordato y las arcas del estado ganarían unos cuantos miles de millones al año...
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