Tomado de infovaticana.com
Se sabe que la Iglesia en Tegucigalpa está gobernada por el terror hacia cualquiera que se atreva a cuestionar las malas decisiones del cardenal Madariaga o, incluso más peligrosamente, a ir contra el obispo auxiliar Juan José Pineda. Todos los que han hecho esto ya han sido marginados.
Los sacerdotes de la archidiócesis han sido suspendidos solo por informar al mismo cardenal de los actos inmorales del obispo Pineda o por haber buscado otro foro (“la Nunciatura Apostólica”) para ser escuchados. En el año 2015, por orden del Cardenal Rodríguez, todos los sacerdotes de la Archidiócesis fueron suspendidos de recibir una donación anual de la Universidad Católica, y el Cardenal declaró más tarde que lo había hecho porque lo habían denunciado ante el Nuncio Apostólico. Nos preguntamos cómo es posible que el cardenal niegue a los sacerdotes humildes una suma tan pequeña de dinero una vez al año cuando permite que Pineda derroche millones.
Quiero dejar en claro que no soy la única víctima, dice la sra. Reichmann, viuda de Edward Pentin, estafada por el cardenal Maradiaga, inductor para que invirtieran sus ahorros en productos financieros de gran rentabilidad donde el obispo Pineda había invertido todo el dinero de la diócesis y que resultó ser un engaño.
… Somos muchas víctimas y el factor común es que todos hemos tenido algún problema con el Obispo Auxiliar Juan Pineda [acusado de mala conducta sexual y financiera]. Está claro para nosotros que cualquiera que toque a Pineda es condenado por el Cardenal Rodríguez Maradiaga.
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