Tomado de publico.es
Willy Toledo considera que en España "no hubo una transición" y que "no hemos conseguido quitarnos la losa de 40 años de franquismo". El actor ha dado esta mañana de martes una rueda de prensa acompañado de su compañero de profesión Javier Bardem y el humorista Leo Bassi, entre otros, donde ha dicho que "no he cometido ningún delito y por lo tanto no hay ninguna necesidad de que comparezca ante un juez".
En lugar de acudir como investigado al juzgado donde había sido citado por un presunto delito contra los sentimientos religiosos, pero que ha sido aplazado por la huelga de jueces y juezas de este martes, Toledo ha comparecido ante los medios en la parroquia San Carlos Borromeo de Vallecas, Madrid.
Allí ha dicho que aunque "se está diciendo que siente odio por la religión", no hay nada más lejos de la realidad y por ello comparece en una iglesia. Pero que aún así, le parece, como ha dicho en varias ocasiones, más propio de un "sistema inquisitorial" que le imputen por haber herido los sentimientos religiosos de una parte de la ciudadanía.
La imputación se debe a los comentarios que el actor puso en la red social Facebook. Criticaba la apertura de juicio oral contra tres mujeres que en 2014 procesionaron una gran vagina en Sevilla. Para Toledo, estos hechos se retractan como una persecución a la libertad de expresión de "los de izquierdas".
El actor ha asegurado que en España "no hemos conseguido quitarnos la losa de 40 años de franquismo". Palabras que han sido apoyadas por su colega Bardem, que en esta misma línea se ha manifestado y ha afirmado que estos tiempos que vivimos "nos retrotraen al franquismo".
Bardem, al ser preguntado a cerca del porqué apoyaba a su compañero, ha dicho que está allí defendiendo un "peliagudo y perseguido" tema como es la libertad de expresión. Ha explicado que "más allá de las formas, es el fondo lo que se está debatiendo aquí".
2 comentarios:
Con el título de Plegarias publica hoy Fernando Savater el artículo que copio íntegro a continuación. (El País, 26/05/18)
«El esforzado Willy Toledo se resiste a presentarse ante el juez para responder de unos cuantos desahogos excrementicios sobre Dios, la Virgen y no sé si alguna otra figura del coro celestial. Lástima que este muchacho (mi provecta edad me permite tratarle cariñosamente así) sea tan escasamente sutil en sus rebeldías, porque está perdiendo la ocasión de plantear públicamente una cuestión legal bastante más subversiva que una simple sarta de groserías, que sólo atentan contra la buena educación. ¿Dónde está Willy? Pues insistiendo en que sus exabruptos no son delitos, dado que le ampara la libertad de expresión. Lo cual no es concluyente, porque la libertad de expresión tiene límites como cualquier otra libertad cívica, faltaría más. Sólo le queda añadir esa otra bobada que ahora gusta tanto, la de que es un artista y por tanto provocador... Y sin embargo, ya ven, creo que este chico malo tiene razón en proclamar que no ha cometido falta ni delito. No porque le ampare la libertad de expresión, sino porque puede acogerse a la libertad de conciencia y religión. En una democracia laica, es decir respetuosa de todas las manifestaciones religiosas, no sólo deben tolerarse los cultos que veneran a las deidades sino también los que las maldicen y desafían. Nietzsche figura ya en la historia del cristianismo no menos que Tomás de Aquino...
Rezar es establecer una relación personal con la divinidad, sea para alabarle, para hacerle súplicas, o para quejarse de desdichas. De modo que la blasfemia también es una forma de oración, como supuso Unamuno y confirma la razón desprejuiciada. No es menos raro creer que podemos ganarnos el favor divino con halagos que suponernos capaces de ofenderle con palabrotas. ¡Libertad de cultos! Y no sabemos qué divierte más a Dios...»
He querido dejar mi comentario al artículo de Savater —artículo que ha llegado a mi conocimiento por casualidad, porque hace mucho que dejé de leer El País— para cuando tuviera tiempo, que ha sido ahora.
No veo por qué Toledo, según Savater, no habría de acogerse a la libertad de expresión. Dice el filósofo que "la libertad de expresión tiene límites como cualquier otra libertad cívica", algo que, me imagino, Toledo sabrá sin necesidad de que se lo diga Savater ninguno, lo que pasa es que Willy piensa, evidentemente, que está dentro de esos límites. Pero, por eso mismo, porque cualquier "libertad cívica" tiene límites, la tiene la religiosa, con lo cual, si Toledo alegara libertad religiosa para reafirmarse en lo que dijo, podría haberse encontrado con las mismas acusaciones que le han colgado. Por otra parte, digan Unamuno y Savater —éste, tan leído, siempre invocando autoridades— lo que digan, no creo que la blasfemia sea una forma de oración, salvo que se abuse del concepto 'oración'.
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