El mundo cristiano terminó por "cristianizar" de forma impositiva todas aquellas costumbres, fiestas, espacios públicos y formas de relación que ya existían en el mundo pagano. La presentación del recién nacido a la familia y amigos se convirtió en el bautismo, el paso a la pubertad en la primera comunión, los solsticios en la Navidad y la Sanjuanada, el equinoccio de primavera en la Semanasanta, las fiestas locales en fiestas patronales y hasta las ferias de ganado viraron a romerías. Ritos paganos como la fecundación del campo en primavera se convirtieron el el mes de María, las basílicas romanas (juzgados) fueron reutilizadas como lugares de culto, manteniendo su nombre pese a la pérdida de su función y así un lago etcétera en el que la religión fue convirtiéndose a lo largo de dos mil años en ideóloga y compinche del absolutismo, las monarquías y muchas de las tiranías, desde el año 0 hasta la actualidad.
Pero lo que nos interesa hoy es la matraca de las primeras comuniones (y últimas en muchos casos como pongo en el título) los meses de mayo y junio se celebran por doquier. Dice la fuente que cito en la cabecera: "Según los datos de la Conferencia Episcopal (CEE) en España alrededor de 245.000 niños reciben cada año su Primera Comunión. A pesar de que desde los años 80 en nuestro país se ha reducido el número de comuniones, esta celebración continúa siendo la más popular para los españoles y son muchos los niños y familias que esperan este gran día con mucha ilusión".
"En España, las Primeras Comuniones mueven un gran negocio millonario, según el estudio elaborado por la consultora KPMG para la Conferencia Episcopal en 2014, generaron un gasto de 589 millones de euros. Concretamente, en nuestro país el coste medio de una Primera Comunión se sitúa en torno a los 2.412 euros según los datos aportados por FUCI (Federación de Usuarios Consumidores Independientes), aunque al igual que sucede con las bodas, el precio varía según el lugar en el que se celebren, siendo Madrid, Valencia, Barcelona o San Sebastián las ciudades más caras donde pueden rondar los 3.000 euros. Por su parte, las ciudades más baratas serían Sevilla, Oviedo, Ciudad Real, Cáceres o Tenerife, con un coste aproximado de 2.000 euros". Otras fuentes, como el estudio de la Organización de Consumidores (OCU), estima que celebrar una primera comunión conlleva un gasto aproximado de 3.600 euros, cifra que puede ascender hasta los 6.000 euros en función del número de invitados.
"En lo referente a las comuniones en España, hemos pasado de celebraciones íntimas que reunían a los familiares más cercanos en una comida bien en casa o en un restaurante, en las que los niños recibían algún detalle de recuerdo del día, a súper fiestas con hasta 60 invitados, si contamos a familiares, amigos o compañeros de colegio de los niños, restaurantes con jardín o con zonas infantiles, animadores de fiestas o regalos tecnológicos que han hecho que los presupuestos se incrementen considerablemente".
"El banquete de la Primera Comunión supondrá el desembolso económico más importante y el precio variará en función del número de invitados. Según los datos que manejamos los lugares más solicitados por las familias españolas suelen ser los restaurantes con jardín o con espacios al aire libre que cuenten con zonas infantiles tipo parque. Las reservas suelen ser de entre 20-60 invitados y el precio medio del menú ronda los 40 €".
Lo mejor de todo, que muchas familias de clase media-baja terminan por pedir créditos personales para el pago de tales melonadas, ante la imposibilidad de hacer frente con sus inexistentes ahorros...
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