El pueblo chileno, por una abrumadora mayoría de dos tercios, ha rechazado el disparatado y anticristiano proyecto de nueva constitución propuesto por el ultraizquierdista presidente Gabriel Boric.
A los mil días del Acuerdo del 15 de noviembre de 2019, en el que algunas fuerzas políticas acordaron un itinerario de reformas, plebiscitos y cambios, los chilenos rechazaron abrumadoramente en plebiscito la propuesta que presentó la Convención Constitucional.
Un 62% de los 13 millones de chilenos que han participado en el plebiscito votaron “rechazo” a la propuesta constitucional, 24 puntos de diferencia. Según un análisis realizado por Data Science de Uhholster, un 58% de las mujeres y un 56% de los hombres menores de 34 años rechazaron el borrador constitucional.
Los obispos alertaron a los cristianos antes de la votación sobre el carácter radicalmente anticristiano del proyecto. El obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González, recordó que el cristiano no puede apoyar nunca el aborto ni la eutanasia, en una carta pastoral escrita ante el plebiscito. González recordó que en la nueva Constitución hay conceptos que “son directamente contrarios a la enseñanza cristiana, como la introducción del aborto o interrupción del embarazo (art 61.2), la muerte digna (art.68), que implicará aprobar la eutanasia”.
El texto también desconoce “derechos esenciales de los padres, como el que tienen respecto a la educación de los hijos. Se impone una concepción acerca de la sexualidad que es contraria a la enseñanza de la fe cristiana (art. 40)”. “No se considera el derecho a la objeción de conciencia, especialmente en el caso del aborto y se introduce una visión errada y única del hombre y la mujer, fundada en la ideología de género, que es anticristiana”, prosigue.
Tras recordar que “cada ciudadano es libre para escoger sus opciones”, el obispo dijo que la postura que una Constitución asume ante el aborto y la eutanasia “es un aspecto esencial para juzgar el valor ético de la misma en su totalidad”. “El aborto y la eutanasia son siempre un atentado grave contra el quinto mandamiento de la ley de Dios” y por lo tanto “un cristiano no puede nunca darle su apoyo”, subrayó. En ese sentido, continuó, “todo ciudadano tiene en sus manos impedir que el aborto y la eutanasia sean consagrados en la misma Constitución de nuestra Patria”. “Dar su voto a un texto que consagra directamente como un derecho el aborto y la eutanasia es cooperar al mal moral y ayudar a su difusión”, alertó.
N.R. Con Pinochet estaban más felices...
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