viernes, 2 de septiembre de 2022

COMPRAR EL SILENCIO DE LAS VÍCTIMAS

Tomado de religiondigital.org
 
Manuel Cociña, sacerdote que convivió con Escrivá de Balaguer, exigió en un documento notarial firmado en 2021 que la víctima renunciara “a cuantas acciones pudieran corresponderle” contra el cura, el Opus Dei o la Iglesia y le prohibía pronunciarse sobre el acuerdo.

Cociña solo ha respondido ante la justicia canónica que le condenó, según su terminología, por “solicitación” e “imprudencias” a cinco años años sin poder ejercer en público, cinco de atención espiritual en su centro y tres décadas de prohibición de acción pastoral con menores de 30 años.

La víctima, que hoy vive en Chile, ha declinado hacer declaraciones sobre el citado contrato, aunque sí quiso aclarar que, una vez el Opus Dei admitió los “comportamientos inadecuados” de Cociña y procedió a su condena eclesiástica, el prelado de la Obra, Fernando Ocáriz, le pidió “perdón por los daños que has sufrido y por las heridas causadas por un sacerdote de la Obra”.

Fuentes cercanas al clérigo admiten que “está tranquilo” y “dispuesto a seguir adelante, aceptando la condena y las consecuencias derivadas".

Lo importante es resolver bien cada caso”, recalca el portavoz del Opus Dei, Marco Carrogio, quien muestra su extrañeza por la exigencia del silencio, “salvo que sea petición de la víctima”. No es este el caso. “Para nosotros, la vía en estos casos son los protocolos de la Prelatura.

uno de los sacerdotes más relevantes del Opus Dei que llegó a convivir con su fundador José María Escrivá de Balaguer, y primer cura de la Obra condenado por abusos– pagó a su víctima una "ayuda económica" a cambio de que renunciara a cualquier proceso penal contra él, a comentar el caso e incluso admitiera que “esos comportamientos en ningún caso fueron abuso sexual”, según un documento notarial firmado en abril de 2021 al que ha accedido RD.

“Manuel-José Cociña Abella deberá comprometerse en (…) abonar a D. M. G. F. en concepto de ayuda económica la cantidad de 17.000 euros, dentro del plazo de quince días desde la firma de este acuerdo, y que obtendría de donaciones particulares”, reza el texto. La víctima ya recibió el dinero, según han confirmado a RD fuentes cercanas.

El concepto del abono es de “ayuda económica” por unos “comportamientos inadecuados”, según puede leerse. Ni en su día el Opus Dei, ni ahora el documento notarial, hablan de abusos. Es más, la víctima tiene que firmar que “esos comportamientos [ocurridos en un colegio mayor de Sevilla en 2002] en ningún caso fueron abuso sexual”.

El acuerdo indica que los gastos de “psiquiatra, psicólogo, medicamentos psiquiátricos o similares” que la víctima pudiera necesitar en un futuro –a partir de los seis meses de la firma del documento– debería asumirlos él mismo. Las posibles secuelas y su tratamiento por lo que tuvo que soportar en el Colegio Mayor sevillano a cuenta del sacerdote serán asunto suyo desde el punto de vista económico.

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