miércoles, 29 de abril de 2020

¿POR QUÉ ESA PREOCUPACIÓN Y URGENCIA?

Tomado de lavanguardia.com

El enfado de los obispos italianos es importante. El primer ministro Giuseppe Conte acababa de terminar su rueda de prensa para explicar cómo iba a ser la fase de desconfinamiento en Italia cuando la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) mandó un airado comunicado para protestar por el hecho de que el Gobierno no tenga previsto, todavía, reanudar las misas durante la desescalada de las medidas contra el coronavirus que tendrá lugar en mayo en Italia.

“Los obispos italianos no pueden aceptar ver comprometido el ejercicio de la libertad de culto”, decía el comunicado de la CEI. “Debería estar claro que el compromiso de servir a los pobres, tan importante en esta emergencia, proviene de una fe que debe poder alimentarse de sus fuentes, en particular de la vida sacramental”, continuaba.

Cuando el primer ministro empezó a hablar de la fase dos anunció que a partir del 4 de mayo se podrán organizar funerales –con un máximo de quince asistentes– pero no dijo nada de las misas, algo que ha enfurecido no sólo a los obispos, sino también a algunos miembros de su Ejecutivo que ven “incomprensible” que se puedan visitar museos a partir del 18 de mayo pero no celebrar una ceremonia religiosa. El Vaticano se ha mantenido al margen, y todavía no ha anunciado si abrirá también sus museos esa fecha.

Es el primer enfrentamiento directo entre el Ejecutivo y la jerarquía de la Iglesia católica italiana, que hasta el momento había acatado las medidas de prevención de los contagios. Aquí hace semanas que están prohibidas las misas, no se han hecho celebraciones de Semana Santa y las iglesias están solamente abiertas para rezar. “La Iglesia aceptó, con sufrimiento y un sentido de responsabilidad, las limitaciones gubernamentales asumidas para afrontar la emergencia de salud”, reiteró el episcopado. Pero cuando se reducen las limitaciones, “la Iglesia exige poder reanudar su acción pastoral”. Y no sólo eso, sino que los obispos recordaron a la presidencia del Ejecutivo y al comité técnico-científico que le asesora la “plenitud de la autonomía” de la Iglesia para organizar la vida de la comunidad cristiana.

El Ejecutivo ha recibido el mensaje de enfado y se apresuró a aclarar que toman nota y que en los próximos días van a estudiar un protocolo para poder permitir que los fieles participen en ceremonias litúrgicas en condiciones de seguridad. No sólo se quejan los católicos, también la comunidad islámica cree que no permitir las celebraciones es “una insensibilidad hacia los creyentes”, según el presidente de la Comunidad Religiosa Islámica Italiana, el imán Yahya Pallavicini.

Las misas no son el único objeto de discordia de la fase dos. Además ha causado polémica el hecho de que Conte anunciara que el próximo lunes los italianos ya podrían visitar a familiares, visitas cortas y que deberán hacerse siempre con mascarilla y respetando el metro de distancia. El premier usó la palabra congiunti, familiares. La interpretación inicial del Ejecutivo es que esto quería decir hijos, padres, abuelos, nietos o primos.

Después de muchas quejas de jóvenes en las redes sociales el Ejecutivo aclaró ayer que las parejas y las personas con una “relación afectiva estable” entraban dentro de esta categoría de congiunti, aunque se desconoce cómo van a controlar la estabilidad de las relaciones.

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