domingo, 26 de abril de 2020

YA TARDABAN LOS MILAGRITOS

Tomado de publico.es

A veces son detalles cotidianos, de esos que entran en el terreno de lo mundano. Otras, en cambio, apelan a historias de vida o muerte. A esperar que lo que no puede hacer ni explicar la ciencia llegue, vía rezo, desde algún rincón del más allá. En plena emergencia del coronavirus, el Opus Dei ha dado a conocer un par de testimonios que aseguran que destacados miembros de esa orden, ya fallecidos, han sido capaces de curar neumonías entre sus devotos.

"Las personas que han fallecido con fama de santidad pueden interceder ante Dios para prestarnos un favor en un momento de necesidad", defiende esta organización ultraconservadora. De todo esto puede (o dice) dar fe E.B., siglas que según el Opus corresponden a una persona mexicana que pidió un "favor" a Guadalupe Ortiz de Landázuri, una investigadora química y laica de esa orden ultracatólica que murió en Pamplona en 1975 y fue beatificada por el Vaticano hace ahora un año.

"El 30 de diciembre de 2019 mi mamá se enfermó de gravedad: neumonía severa con una complicación en los pulmones por tanto fumar", dice el testimonio de E.B., publicado por el Opus el pasado 16 de abril.

Según este relato, la mujer estaba "entre la vida y la muerte". "Yo le pedí el milagro a la beata Guadalupe para que la salvara y sanara por completo", continúa el texto difundido por esta organización religiosa. "En la última cita con el doctor, le hizo una prueba para ver cómo iban a quedar sus pulmones el resto de su vida y… ¡la prueba fue positiva! Es decir, mi mamá podrá llevar una vida normal, con sus cuidados obviamente", asegura.

En el Opus Dei atribuyen a ese "dedo de Dios" otros tantos milagros de carácter sanitario, como la curación de una neumonía –hecha pública también en plena emergencia del coronavirus– por parte de otro de los doce miembros fallecidos de esa organización que se encuentra en proceso de canonización: el médico guatemalteco Ernesto Cofiño (1899-1991).

Bajo un punto de vista científico, no hay ni un solo milagro que se haya comprobado de una manera rigurosa. La confirmación que hace el Vaticano es bastante irrisoria", afirma a Público Juan Antonio Aguilera, profesor del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Granada e integrante de Andalucía Laica.

Desde hace ya algunos años, Aguilera se ha dirigido por escrito a la Santa Sede ante cada anuncio de canonización con el objetivo de pedir "datos científicos sobre el milagro aprobado". "Tengo acuses de recibo, pero nunca me han contestado. Esa información es cerrada, afirma.

Este científico considera "especialmente grave" la atribución de milagros médicos "en casos que generan mucho dolor, como ahora con el coronavirus o en otras ocasiones con el cáncer". "Es grave y absurdo que la Iglesia estimule ese tipo de peticiones de milagros, porque sabemos que en el fondo no se lo creen ni ellos mismos", subraya.

Las "intercesiones" no son siempre por cuestiones médicas. En el listado de testimonios de "favores recibidos" figuran otras cuestiones de menor calado, como el túnel de lavado de vajilla que habría reparado desde el más allá Isidoro Zorzano, un ingeniero argentino fallecido en 1943 que fue declarado "venerable" por el Papa Francisco en 2016.

No hay comentarios: