La Conferencia Episcopal de Francia (CEF) ha lamentado este viernes la “ceguera y sordera” colectivas ante la pederastia en su seno y ha reconocido públicamente su “responsabilidad pasada, presente y futura” por los abusos de menores en el seno de la Iglesia católica nacional, que según una comisión independiente podría haber causado más de 10.000 víctimas. Los máximos responsables religiosos galos han prometido enmendarse con una serie de medidas que incluyen ayudas financieras para el “acompañamiento” de las víctimas y un día nacional en su memoria, así como la creación de un tribunal penal canónico nacional.
La Iglesia “quiere asumir su responsabilidad ante la sociedad y pedir perdón por esos crímenes y por esos fallos”, aseguraron los máximos responsables de la Conferencia Episcopal Francesa al término de una asamblea plenaria en Lourdes. La pederastia ocupó buena parte de la reunión primaveral de los obispos, conscientes de que el informe que la comisión independiente creada hace dos años presentará a finales del verano amenaza con provocar un terremoto en una sociedad cada vez más intransigente con los abusos sexuales contra menores.
Las conclusiones de los obispos son demoledoras. “Las autoridades eclesiásticas no supieron ver ni escuchar y a veces no quisieron ver ni escuchar (…). Reconocemos esta ceguera y sordera de los obispos y de otros responsables eclesiásticos”, señala la primera y principal de las 11 resoluciones adoptadas, que gira en torno a la responsabilidad de la Iglesia.
A finales de 2018, y acosada por los casos de religiosos a punto de ser juzgados por pederastia o por no haber denunciado abusos de los que tenían conocimiento —como el otrora todopoderoso arzobispo de Lyon, Philippe Barbarin— la Conferencia Episcopal Francesa acordó crear un organismo independiente que investigara posibles casos de pederastia desde 1950 y “las razones que favorecieron la manera en que fueron tratados esos asuntos”, para que no se vuelvan a repetir. El resultado fue la Comisión Independiente sobre abusos sexuales en la Iglesia (CIASE), un organismo compuesto por dos decenas de expertos que durante algo más de un año ha recopilado testimonios de víctimas. Según adelantó su presidente, Jean-Marc Sauvé, a comienzos de mes, se han confirmado 3.000 víctimas, pero “es muy posible que lleguen a ser al menos 10.000”.
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