La polémica navideña llega de manos de la revista satírica Mongolia con una portada que ha enfadado mucho a los católicos. En la misma se recrea el belén y a Jesús representado con el emoticono de un excremento bajo el título de ‘¡Ha nacido el hijo de Dios! ¡Igualito al Padre!’.
Tras su difusión en redes, el Instituto de Política Social (IPSE) anunciaba que llevará a la publicación a los tribunales “por atentar contra los sentimientos religiosos y por incitación al odio”. A esta denuncia se sumaba poco después otra querella de la fundación Abogados Cristianos.
IPSE ha pedido el “cierre inmediato” de la revista por vía judicial. “Está claro que si lo que buscaban era cabrear a los católicos, lo han conseguido”, afirmaba en un comunicado su presidente, Pablo Hertfelder.
En las últimas horas, los mensajes cruzados de ambas partes avivaban aún más el fuego. Desde Twitter, Mongolia se reafirma y se defiende, con buena carga de ironía, de las críticas, al tiempo que se eleva el tono amenazante del Instituto. “Estos delitos no se pueden consentir”.
El delito de blasfemia como tal desapareció del Código Penal en la reforma de 1988, pero en la práctica se sigue aplicando bajo la figura del escarnio que se recoge en el artículo 525. En base al mismo, en la última década, artistas, periodistas, activistas e incluso políticos, han sido denunciados por “atacar los sentimientos religiosos’.
El derecho a la libertad de conciencia en España está directamente vinculado a la libertad religiosa mayoritariamente católica, de ahí que colectivos como Europa Laica lleven tiempo reivindicando la aprobación de una "ley orgánica del derecho a la libertad de conciencia y la laicidad del Estado” que pase, entre otros apartados por derogar el delito por ataques a los sentimientos religiosos del CP.
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