Entre tanto, el parlament de Catalunya lo ha retirado:
El año pasado, a iniciativa de la entonces presidenta, Laura Borràs, la institución lució por primera vez tanto el pesebre como el árbol. Este año, sin embargo, con Borràs suspendida del cargo, la republicana Alba Vergés, vicepresidenta en funciones de presidenta, decidió quitar el pesebre en una decisión colegiada con la Mesa, algo que disgustó a la expresidenta. ¿El argumento? La laicidad de las instituciones. La duda es si en la representación del nacimiento de Jesús pesa ya más, a estas alturas, su origen religioso o su vertiente cultural.
El Parlament decidió retirar el pesebre pero no tocar el abeto. “Hubo un sentimiento mayoritario en el seno de la Mesa de quitar el primero y dejar el segundo, aunque Vergés se mostró partidaria de dejar ambos”, señalan fuentes de vicepresidencia del Parlament, que subrayan que el debate en la Mesa “fue mínimo y no suscitó ningún tipo de polémica”.
“También me ha sorprendido que se dejara el árbol”, reconoce Ferran Pedret, diputado del PSC y miembro de la Mesa. “No sé si fue una solución de consenso, pero si me preguntaran a mí, creo que tampoco tendría que estar, aunque respecto al árbol existe la discusión de si se trata de una especie de cristianización de un símbolo pagano”, añade.
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