A este hombre y a tantos como él, que sufrieron abusos en colegios religiosos (en su caso vinculado al Opus Dei), cuando denuncian el caso, el centro lo transfiere a la fiscalía de turno... caso prescrito y fin de la película.
Lo más gracioso de este caso es que el fiscal que lo atendió es miembro del Opus Dei y estudió en el mismo colegio del denunciante.
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