El Papa Francisco, desde que fue nombrado en el 2013, ha demostrado en varias ocasiones que tiene una fe firme en que Satanás existe. Y lo ha vuelto a demostrar recientemente, al acusarle de ser el culpable de la crisis de la Iglesia Católica por los casos de abusos sexuales.
Así lo dejó claro en un mensaje conocido ahora, en el que señala que “la Iglesia debe ser salvada de los ataques del maligno, el gran acusador, y, al mismo tiempo, ser más consciente de su culpa, sus errores y abusos cometidos en el presente y el pasado".
Para luchar contra él, el Papa ha pedido a los católicos que cada día de octubre recen una oración especial para derrotar al Maligno. En concreto, que reciten cada día el rosario. Por último, ha pedido que se acabe el ritual con la oración a San Miguel que se recitaba en misa hasta 1964.
La referencia a San Miguel tiene una explicación lógica: es, según se menciona varias veces en la Biblia, el arcángel que lideró a los ángeles en la batalla y victoria contra Lucifer, el ángel caído, cuando fue expulsado del Paraíso.
Ya en abril, el Papa dejó clara su preocupación por los tejemanejes del demonio. En abril, en un documento sobre la santidad en los tiempos modernos, decía, que “no deberíamos pensar en el diablo como un mito, una representación, un símbolo, una forma de hablar o una idea. Este error nos llevaría a bajar la guardia, crecer sin preocupaciones y terminar siendo más vulnerables".
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