Tomado de eldiario.es
Este lunes, poco antes del toque de queda de las siete, la policía disolvió a la fuerza una manifestación que transcurría sin altercados en Washington DC. Con las calles ya despejadas, Trump salió con su séquito a las 19:01 horas hacia la iglesia St. John's, apodada como la iglesia de los presidentes, –indignando también a la diócesis episcopal de Washington– para hacerse una foto con la Biblia y declarar: "Tenemos el mejor país del mundo". Le acompañaban, entre otros, el jefe del Estado mayor de la defensa, el general Mark Milley; y el secretario de Defensa, Mark Esper. Minutos después, Esper y Milley, vestido con el uniforme militar, visitaron a las tropas de la Guardia Nacional desplegadas en las calles de la capital.
Horas antes de la 'operación foto', el presidente, Esper, Milley y el fiscal general, Bill Barr, tuvieron una reunión telemática con los gobernadores del país. Trump instó a los gobernadores a solicitar la presencia de la Guardia Nacional. "Tenemos que dominar el espacio de batalla", afirmó el secretario de Defensa. Trump informó que había colocado al jefe del Estado mayor del Ejército al mando de la respuesta: "El general Milley está aquí. Un guerrero, un héroe de guerra, muchas victorias y ninguna derrota y odia ver cómo se está gestionando esto en varios estados. Le acabo de poner al mando".
"Si un estado o ciudad se niega a tomar las medidas necesarias, desplegaré rápidamente al Ejército de EEUU y solucionaré rápidamente el problema por ellos", afirmó el presidente. "También voy a tomar un acción decidida para proteger nuestra gran capital. He desplegado miles y miles de soldados fuertemente armados".
Lindsay P. Coh, profesora del US Naval War College: "Mi lectura personal es que una democracia no debería abordar así las protestas. Realmente no sabemos el efecto que puede tener. Hay muchos ejemplos de un gran uso de la fuerza que provoca que la gente se disperse y se vaya a casa por miedo –aunque eso no significa que sea lo apropiado–. Pero también puede resultar en una espiral ascendente".
Guy Emerson Mount, profesor de historia afroamericana en la Universidad de Auburn, Alabama, sostiene que, a pesar de la descripción realizada por el Gobierno, los manifestantes no son una masa de gente sin cerebro que lo destruye todo a su paso. "Es una revuelta que ha destruido deliberadamente comisarías, tribunales, tiendas de lujo, monumentos confederados y, quizá lo más importante, un edificio utilizado para subastar esclavos". "Estos objetivos no son aleatorios, son símbolos de injusticia histórica. Están atacando la encarnación del proyecto colonial y su sistema de capitalismo esclavista racial".
"Estas protestas se están enmarcando desde el Gobierno de tal forma que generen miedo en la base republicana y logre movilizar a los seguidores más radicales a través de respuestas cada vez más violentas y autoritarias", concluye Mount.
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