Tomado de paradigmamedida.org
Manolo Harazem no dejó nunca a nadie indiferente. Nunca fue muy querido por aquellos a quienes ponía al descubierto con sus denuncias basadas siempre en la demostración de hechos constatada y contrastada. Pero fue siempre muy apreciado e incluso venerado por quienes valoraban su atrevimiento a poner en su sitio a gente muy poderosa de la ciudad. Persona mordaz, ácida, divertida, valiente, culta, no dejó nunca “títere con cabeza”, cuando hubo que denunciar los desmanes del Sr. Castillejo, los del Obispado con la Mezquita, o con la nueva carrera oficial. O con las cofradías. O con el turismo (de fuera y de dentro) irrespetuoso con las personas y con sus barrios, sobre todo la zona de la Axerquía. Era una persona activa en todos los ámbitos, incluido el de las redes sociales, donde opinaba sobre la actualidad en base a sus conocimientos y documentación. Nunca se “cortó un pelo” en denunciar, y la muestra de que nunca lo hacía sin base es que, a pesar de las ganas que algunos le tenían, jamás pudieron callarlo.
Autor de varios libros, todos de gran éxito, como “Las Tribulaciones de Monsieur Pegaux y otros textos cordobestias“, en el que nos trae, mediante un amenísimo relato, la historia de la tan cordobesa palabra “pego”. O “Catedral antes muerta que Mezquita“, donde aportó datos para demostrar la historia como monumento público de la Mezquita de Córdoba, hoy inmatriculada por 30€ por la iglesia católica; o el brillantísimo “La odisea de los Rabadíes“, dónde relata el levantamiento popular del barrio cordobés de la Saqunda contra el emir cordobés Al-Hakam I, y que provocó la expulsión de los supervivientes en una sangría histórica; o el último, que se publicó en 2019, “La cuestión de las estatuas“, en la que vuelve al caciquismo de la alta sociedad cordobesa y su traslación al tema de las estatuas que se erigieron y las que no, y sus porqués. También mantenía un blog que nutría asiduamente de historias hasta que la enfermedad se lo permitió.
En Paradigma estamos especialmente agradecidos de que se acordara de este humilde medio de comunicación tanto para apoyarlo económicamente con su cuota, como por haber publicado en él los cinco capítulos de las “Semblanzas Cordobestias” que le dio tiempo a editar junto al Sr. Gachasfrías, y que reflejan al Harazem ácido, culto, documentado y divertido. Cinco historias que tuvieron un éxito importantísimo de difusión y que, lamentablemente, tuvieron que quedar detenidas, primero temporalmente y, ahora, de forma definitiva. A continuación os las dejamos aquí para recordar al imborrable Manolo Harazem. Que la tierra te sea leve, amigo. ¡Buen viaje!
El sábado 14 de diciembre publicó su última entrada en su blog supersticiones. Siempre grande Manuel
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