A iniciativa de los obispos extremeños y por encargo de la Conferencia Episcopal presentamos el dispensador automático de hostias. El dispensador está pensado para que los fieles puedan recibir la comunión en la boca sin necesidad de que el cura tenga contacto con saliva, mucosa, lengua o labios que puedan poner en peligro a los feligreses por un posible contagio covid.
El ferigrés se acercará al aparato y, de rodillas o de pie, será detectado por una célula (distancia, altura...) mientras un fuelle interior alarga la hostia y la pone en la boca. A continuación el fuelle se recoge y en el interior del aparato y queda esterilizado para una nueva comunión en apenas dos o tres segundos.
El invento, al decir de los obispos, es la hostia.
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