domingo, 4 de octubre de 2020

TRATANDO DE IMPONER SUS CREENCIAS

Tomado de eldiario.es

Ni siquiera una pandemia global ha puesto fin a la presencia de grupos ultracatólicos a las puertas de las clínicas en las que se practican abortos. Centros de distintos puntos de España siguen padeciendo estos meses lo que llevan denunciando años: el acoso y abordaje a mujeres que van a interrumpir voluntariamente su embarazo para intentar que reviertan su opinión. Son antiabortistas que, rosario en mano, reparten folletos con información falsa, rezan, muestran sus pancartas con proclamas en contra del aborto o interceptan a las mujeres para convencerlas de que no entren a la clínica. "Les dicen que las pueden ayudar, que lo que llevan dentro es una vida, que van a cometer un asesinato...", explica Sonia Lamas, trabajadora de la clínica Dator, una de las más afectadas.

Suelen acudir los jueves, viernes y sábados de cada semana y se denominan a sí mismos "rescatistas" en referencia a las vidas que dicen salvar al evitar un aborto. Hace escasos días llegaron a vanagloriarse en redes sociales de haber hecho "dos rescates" en cuatro horas porque "dos parejas que estaban decididas a entrar" decidieron supuestamente no entrar en la clínica. No solo ocurre en Madrid, donde también suelen acudir a la clínica El Bosque, sino que también en otras ciudades españolas, como Málaga o Albacete.

A esta actividad constante que las clínicas denoniman "de hostigamiento", se suma durante estas semanas los llamados '40 días por la vida', una iniciativa que nació en Estados Unidos y ya se ha extendido internacionalmente. Se trata de una campaña en varios periodos al año que propone concentraciones desde las 9.00 horas hasta las 21.00 en las clínicas "para rezar por el fin del aborto". 

En algunos lugares y momentos la actuación de estos grupos antielección es más virulenta que en otros. A veces rezan, otras abordan a las mujeres, pero en todos los casos implica una "coacción" y un "intento por imponer su moral" a mujeres que libremente han decidido interrumpir voluntariamente su embarazo; en una inmensa mayoría de los casos "derivadas por el servicio público de salud", explica José Antonio Bosch, abogado de la Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción Voluntaria del Embarazo (ACAI), que lleva años llamando la atención. "¿Alguien se imagina que ocurriera en las puertas de un hospital? ¿Durarían mucho ahí?", se pregunta. "No tenemos ningún inconveniente en que la gente rece por lo que quiera, pero que incluso con la crisis del coronavirus sigan estando a las puertas de los centros, por mucha mascarilla que lleven, es una vulneración de derechos y libertades fundamentales".

Con el objetivo de conocer más de cerca qué efectos tiene para las mujeres, ACAI entrevistó hace un par de años a 300 que acudieron a abortar a clínicas de Madrid, Málaga, Córdoba o Albacete: un 89% se sintió acosada y un 91% creía que deberían haber recibido protección pública para evitarlo.

No hay comentarios: