sábado, 10 de octubre de 2020

JORGE PONCE EXPLICA AL FUTURO LO DE LAS RELIGIONES

Ver el vídeo original en la página de lasexta.com

Jorge Ponce continúa alimentando su archivo sobre 'La caída del Imperio Humano', en El Intermedio para que, si nos extinguimos por la pandemia o cualquier otro motivo, las civilizaciones futuras sepan cómo fue esta civilización, cómo vivimos. En este capítulo se centra en hablar sobre la religión, "lo de creer en un ser superior invisible".

"En la práctica era como un youtuber de vídeo tutoriales porque nos encomendábamos a él cuando teníamos un problema y no sabíamos cómo solucionarlo", aclara a las generaciones futuras.

Sus nombres eran muy variados, explica Ponce, incluso había quien lo llamaba Maradona. "Existían varias religiones y cada una tenía unas normas propias. En la musulmana tenías que tener una alfombra para rezar ahí cinco veces al día mirando para la Meca".

"En la judía ortodoxa, tenías que vestir de negro y hacerte dos tirabuzones en las patillas. Y en la budista cumplir con la estética era más barato porque solo tenías que raparte. A cambio era muy incómoda pues la gente tenía que sentarse mucho tiempo en el suelo con las piernas cruzadas para meditar", explica Ponce en su vídeo.

Después, el presentador se centra en España, donde la religión con más fans era la católica. "Teníamos que cumplir diez reglas básicas como no mentir o matar, de lo contrario podías ir al infierno y caía sobre ti toda la mala leche de dios, pero podías confesarte y te lo perdonaban todo".

"También hay varios ritos que cumplir: el bautismo que consistía en que un extraño te echara un chorrazo de agua en la cabeza cuando eras bebé. De mayor tenías que hacer la comunión vistiéndote de marinerito y comiendo una especie de patata frita sin sabor. Los responsables de estos ritos se llamaban curas, vestían con túnicas hasta los tobillos y bebían vino todos los domingos. No podían tener sexo ni con mujeres ni con hombres aunque a algunos se les olvidaba que tampoco con niños. Si cometían ese delito lo máximo les enviaban a una iglesia donde no les conociese nadie".

Además, Ponce recuerda que "no se podía hacer humor con la religión porque venían los Abogados Cristianos y te empapelaban. Los fanáticos musulmanes tenían todavía peor sentido del humor que los fanáticos cristianos".

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