La carcundia derechil anda preocupada por el nombramiento del nuevo arzobispo militar después del fallecimiento de su titular anterior. Parece que el gobierno (esto viene de la época de Paca la culona) tiene derecho a proponer una terna y, claro, les preocupa que la terna pueda estar compuesta por Belcebú, Samael y Belial. No entendemos por qué la tontería de nombrar a nadie en un estado que se declara laico: un Arzobispo que, por una Orden de 22 de noviembre de 1978, tiene la asimilación de General de División, lo cual resulta inexplicable una vez extinguido el Cuerpo Eclesiástico. Tal asimilación de graduación resulta ahora más inexplicable una vez extinguidos los Cuerpos Eclesiásticos de los tres Ejércitos por Ley 17/1989, no existiendo ya ni oficiales ni jefes capellanes militares.
Según elconfidencialdigital, El Ejecutivo de Pedro Sánchez se ha planteado, tal y como deslizó en alguna de las conversaciones con representantes de la Conferencia Episcopal Española, que, tras el fallecimiento de su titular, Juan del Río, no se nombre un nuevo arzobispo castrense y que la jurisdicción de ese arzobispado pase a depender del arzobispo de Madrid, de forma transitoria o permanente.
Pero para acabarla de enredar, le pusimos INRI, el arzobispado sin arzobispo ha convocado y examinado para cubrir cinco plazas vacantes de capellanes castrenses. Los presbíteros presentados en este proceso de selección han tenido que acreditar los datos personales, académicos o méritos requeridos en la convocatoria mediante la correspondiente documentación acreditativa. A continuación, los seleccionados han debido superar las pruebas médicas, según el cuadro médico de exclusiones exigibles para el ingreso en los centros docentes militares de formación que incluye la aplicación y valoración de la prueba de personalidad y el examen psicotécnico pertinente. Estas pruebas se desarrollaron en el Hospital Central de la Defensa.
1 comentario:
Además de cura, militar...
No sé puede ser más desgraciado...
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