El investigador y director del programa de Criminología de la UOC, Josep Maria Tamarit, coordina el estudio sobre abusos sexuales dentro de la Iglesia católica más ambicioso que se ha hecho en España. La investigación liderada por la UOC tiene sentido puesto que, según indica Tamarit, «en los países donde se ha hecho un estudio específico y exhaustivo del problema han salido cifras que indican una elevada incidencia», y, por tanto, se ha evidenciado la necesidad de abordar la cuestión. En España, donde hay 23.000 parroquias y 18.000 sacerdotes, las condenas por pederastia afectan a menos del 0,2 % de los religiosos.
Tamarit es el coordinador de este proyecto financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, en el que participan también la Universidad del País Vasco (UPV) y la Universidad de Barcelona (UB). Aparte de coordinar el plan de investigación de los tres equipos durante tres años (2018-2020), la UOC asume la revisión documental de las publicaciones existentes sobre el tema en el ámbito internacional, una investigación sobre el Centro de Arbitraje de Bélgica, entre otros estudios basados en entrevistas a víctimas y representantes de la Iglesia católica. En este momento hay una encuesta abierta a las víctimas. Los investigadores de la Universidad de Barcelona han puesto el teléfono 603 355 800 a disposición de quien quiera poner su testimonio al servicio de la investigación. Uno de los objetivos de la investigación es identificar los factores de riesgo relacionados con la vida en las comunidades religiosas y la actitud ante el celibato y el estado clerical. Por ello, una de las líneas de investigación es un estudio con personas que estuvieron internadas en seminarios hasta 1965.
Las consecuencias de este tipo de abuso sexual son graves. «En muchos casos, las víctimas sufren depresión y baja autoestima, y tienen dificultades para hacer frente a aspectos importantes de la vida», afirma Tamarit, que también destaca que «un aspecto singular de este tipo de abuso es la traición de la confianza espiritual, que puede tener un profundo impacto en personas muy religiosas», que, justamente, «son las que tienen un mayor riesgo de ser víctimas del proceso de manipulación». En algunos casos, la reacción ha sido «una actitud de rechazo contra la Iglesia, pero muchas víctimas esperan de la propia Iglesia una respuesta que les permita preservar su fe».
A la dificultad de tomar la decisión de denunciar, hay que añadir la poca colaboración de la Iglesia católica que también se da en el caso español. «Hemos detectado una evolución en la actitud de la Iglesia, desde una primera fase de negación o minimización del problema, que puede pasar a una progresiva implicación a la hora de dar respuesta a las denuncias, hasta llegar a una actitud de responsabilización», explica Tamarit. «En los países donde se ha hecho este proceso, ha habido casos muy escandalosos que han sacudido la conciencia de la sociedad y han forzado a la Iglesia a reaccionar», apunta el investigador, que también lamenta que, en el caso español, todavía estemos en la primera fase de esta evolución y que ni la Iglesia católica ni el Estado o la Administración en general hayan llevado a cabo actuaciones decididas para hacer frente al problema.
El investigador habla de «justicia transicional restaurativa», que hace referencia a la necesidad de la víctima de vivir un proceso de «responsabilización, reparación y cierre». Es una línea de trabajo que se pone sobre la mesa porque la mayoría de casos ya han prescrito. Como experto, Tamarit cree que una buena respuesta al problema sería crear un órgano parajudicial temporal estatal, con la implicación de la Iglesia, y en el que las víctimas de delitos prescritos pudieran pedir un reconocimiento del hecho y obtener una reparación moral y económica.
En Estados Unidos, según el informe encargado por la Conferencia Episcopal católica (2004), al menos un 4 % de religiosos habrían cometido abusos sexuales contra menores. El mismo porcentaje aparece en el informe encargado por la Conferencia Episcopal alemana, hecho público hace poco (2018). También existe el precedente del informe Ryan, elaborado por una comisión gubernamental en Irlanda (2009), que sitúa el porcentaje de religiosos católicos responsables de abusos sexuales contra menores entre el 6 % y el 9 %. Por su parte, la Royal Commission del Parlamento australiano (2017) habla de un 7 %.
1 comentario:
Algún día la santa madre iglesia cristiana apostólica y rumana (y todas las demás) pagarán por todo el mal que han hecho y entonces se acabará el rollo de las religiones...
Resucitaré para vivir ese momento...
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