Francia, la Hija Mayor de la Iglesia, ha dejado de creer en Dios. Según una reciente encuesta, los franceses que se confiesan ateos alcanzan ya el 51%.
El Ifop, responsable de la encuesta por encargo de la Asociación de Periodistas de Información Religiosa francesa, achaca en parte esta mayoría de ateos recién alcanzada en Francia a la crisis sanitaria, que les ha alejado de la práctica religiosa. Conviene recordar que la jerarquía eclesiástica fue, en muchos países, más allá aún en sus restricciones frente al covid de lo que exigían las regulaciones civiles y mantuvieron cerrados los tiempos al culto durante meses, algo que en muchos católicos vacilantes ha podido influir negativamente.
Por otra parte, la tendencia no ha cambiado desde hace décadas en el país de la ‘laïcité’. Si el futuro es a lo que debemos mirar y restaurar el pasado nos está vedado porque nos mataría, hay que reconocer que el porvenir no se presenta muy halagüeño para la fe en Europa, y especialmente en Francia.
En 1947, dos tercios de los franceses decían creer en Dios. En 2021, ya son mayoría los que descreen de su existencia, siete puntos por encima de su proporción en 2004 y 2011, del 44%.
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