martes, 14 de septiembre de 2021

MISAS DE SANACIÓN?

Tomado de elpais.com

En Solsona, en los círculos más cercanos al obispo Xavier Novell, ahora ya obispo emérito, sus decisiones recientes se interpretan como otro paso más en un tortuoso camino que ha estado plagado de descompostura.

Novell hizo ostentación de un proceder que causaba incomodidad en el seno de la Iglesia católica y que ahuyentaba incluso a las personas más devotas. “Yo no dejaba que mi hijo fuera a catequesis, porque me daba miedo que le comieran la cabeza”, confiesa Maria Àngels Solé, una feligresa de Solsona. Ella había asistido a lo que Novell publicitaba como las “cenas Alpha”, unas reuniones en el palacio episcopal ideadas para reclutar fieles y para reeducar la fe de aquellos creyentes más laxos. Las cenas, a base de escudella, carnes a la brasa y, siempre, algún dulce de postre, eran sufragadas con las aportaciones voluntarias de los asistentes. “Se hablaba del demonio, de Jesucristo y de otros asuntos, como el sexo”, apunta Jaume Clavé, un seglar que estuvo empleado durante 20 años como recepcionista de la curia diocesana.

Las cenas Alpha se programaban cada viernes para grupos de unas 40 personas que acudían semanalmente durante dos meses (luego cambiaban los comensales). “Mucha gente se cansaba y lo dejaba a medias”, indica Clavé, quien estuvo cinco años a las órdenes de Novell.

“Aquello daba miedo, parecía una secta”, recuerda Maria Àngels Solé, una de las personas que dejaron de asistir. En las cenas, el obispo contaba con la colaboración del capellán Lluís Tollar, quien fue párroco de Solsona durante nueve años. Define aquellas citas como “proyectos evangelizadores”.

El obispado de Solsona fue una extensión del carácter de Xavier Novell. Ungido hace algo más de una década, a los 41 años, como el obispo más joven de España, se forjó un currículo tan carismático como controvertido. Favorable al referéndum por el derecho a la autodeterminación de Cataluña, no dudó en abrazar el ala más conservadora del catolicismo con críticas recurrentes a la homosexualidad y el divorcio. Hace apenas medio año calificó la práctica del aborto como un “genocidio”.

La extravagancia de algunos de los rituales que realizaba también generó incomodidad en la curia. Como cuando invitó al sacerdote canadiense Ghislain Roy a hacer un exorcismo y, luego, organizó unas sesiones de “sanación y liberación” en las que cobraba entre 70 y 100 euros para limpiar el alma de los asistentes. Algunos testigos de aquello dicen recordar a personas revolcándose por el suelo y convulsionando durante las prácticas supuestamente exorcistas de Novell y sus ayudantes.

“Eran misas carismáticas de sanación”, explica Jaume Clavé, al tiempo que indica que “se dejaron de hacer porque no todos los sacerdotes de la curia las aprobaban”. Lluís Tollar recuerda la celebración de esos ritos, pero niega que técnicamente se pueda hablar de misas exorcistas. “Los exorcismos proceden cuando alguien está poseído por el demonio, pero se hacen en privado”, comenta.

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