La Fiscalía de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife ha archivado las diligencias de investigación contra el obispo de la Diócesis Nivariense, Bernardo Álvarez, por la comisión de un presunto delito de odio cuando declaró en la televisión pública de las islas (RTVC) que la homosexualidad era un “pecado mortal” y la equiparó al alcoholismo, así lo ha adelantado este martes Radio Club Tenerife. Según la Fiscalía, no existen indicios suficientes para determinar que el prelado tinerfeño cometiera un delito.
Bernardo Álvarez pidió perdón tras sus polémicas declaraciones en el programa Buenas tardes Canarias una vez que recibió una avalancha de críticas, no solo en las islas, sino en todo el país, por parte de personas de muy distintos ámbitos, desde políticos, hasta el mundo de la cultura.
Este obispo no es ajeno a la polémica y ya en 2008 insinuó, hablando sobre pederastia, que a veces había “provocaciones” sexuales de los niños de 13 años. Para justificarse, afirmó después que “esto de la sexualidad es algo más complejo de lo que parece” y que mediría mucho sus palabras “cuando se traten temas tan sensibles”, cosa que no ha hecho.
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