viernes, 6 de mayo de 2022

MECACHIS, CASI ERA SANTO

Tomado de infovaticana.com

El Movimiento Internacional de Schoenstatt no verá a su fundador, el padre Joseph Kentenich, en los altares. Al menos, de momento. Y es que las preocupantes denuncias por abusos sexuales y de poder han aconsejado al Vaticano paralizar la causa.

Todo movimiento eclesial, como toda congregación religiosa, sueña con llevar su fundador a los altares, algo que han conseguido o van camino de hacerlo muchos de ellos a lo largo de la historia. Pero uno especialmente activo y querido por el Papa Emérito, el Movimiento Internacional de Schoenstatt, no podrá ver este sueño cumplido pese a haberse abierto la causa de su fundador, el padre Joseph Kentenich, después de que Roma haya anunciado su suspensión debido a creíbles acusaciones de abuso, tanto sexual como de poder.

La causa se abrió muy pronto, en 1975, a solo seis años de la muerte de Kentenich, y ahora el Vaticano anuncia que se ha suspendido por iniciativa del obispo de Tréveris, Stephan Ackermann. La razón, los informes surgidos hace unos años sobre actividades ‘non sanctas’, precisamente, que algunas víctimas atribuyen a Kentenich.

“Monseñor Ackermann hizo revisar otro aspecto de la causa: en la década de 1990 un ciudadano estadounidense acusó al Padre Kentenich de haber abusado sexualmente de él en los años 1958-1962. En 2021, Ackermann hizo que la acusación, que ya había sido investigada por la Iglesia en los Estados Unidos., fuera reexaminada por un exfiscal federal, para verificar si la investigación podía considerarse suficiente a la luz de los criterios actuales”. Ackermann tomó esta decisión tras consultar con la Congregación para las Causas de los Santos y con comunicación al Presidium General de la Obra Internacional de Schoenstatt.

Las denuncias de abuso sexual y de poder del fundador surgieron después de la publicación de un libro de la historiadora Alexandra von Teuffenbach – «Vater darf das» (el padre puede hacer esto) publicado en octubre de 2020 en el que un cuestionable «culto al padre» y un estilo de liderazgo, así como prácticas sectarias inadmisibles y contacto físico. Los esfuerzos del movimiento para prohibir legalmente la publicación han fracasado. Los líderes de Schoenstatt han anunciado que el movimiento luchará por la reputación de su fundador.

No hay comentarios: