El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), el cardenal Juan José Omella suele ser considerado un miembro del sector aperturista de la Iglesia, afín al actual papa Francisco. Este lunes, sin embargo, pronunció un discurso que recuerda a épocas anteriores, cuando Antonio María Rouco Varela se encontraba al frente del episcopado y la beligerancia con el Gobierno socialista marcaba la agenda.
Durante su intervención inaugural de la Asamblea Plenaria de la CEE, que esta semana reúne en Madrid a los prelados de todas las diócesis españolas, Omella acusó al Ejecutivo de “no querer abordar” los abusos sexuales a menores en su conjunto, más allá de los cometidos por el clero, y también de albergar intenciones “totalitarias” por las regulaciones, anunciadas o en vigor, de la objeción de conciencia.
El también arzobispo de Barcelona se refería aquí, sin citarlos, a dos ámbitos distintos: el aborto, con el anuncio del Ministerio de Igualdad de crear un registro de médicos objetores para garantizar el derecho a interrumpir el embarazo en los hospitales públicos, y la eutanasia, cuya ley, aprobada en marzo del pasado año, señala que el “acceso” a esta intervención no puede verse “menoscabado” por la objeción.
El cardenal se extendió mucho más sobre los abusos sexuales, en un momento en el que la Iglesia española, tras décadas minimizando el problema, ha cambiado de actitud, al encargar una auditoría independiente que recoja testimonios de víctimas al despacho de abogados Cremades & Calvo Sotelo. A esta iniciativa, muy discutida por los propios damnificados, se le unirá la comisión independiente creada por el Congreso y que dirigirá el defensor del pueblo, Ángel Gabilondo. Los obispos aún no han aclarado si participarán como miembros en este último organismo.
En cualquier caso, Omella, tras volver a pedir “perdón” a las víctimas, algo que hace cada vez que aborda este espinoso asunto, argumentó que los abusos en el seno de la Iglesia católica solo representan una mínima parte del total, y que mientras el clero está abordando estos delitos para que no se vuelvan a repetir, los poderes públicos no están haciendo lo mismo.
Táctica:
1º ignora el problema y así no existe.
2º Si te pillan y no hay más remedio, usa el ventilador, reparte la mierda y así queda diluida la tuya
1 comentario:
Omellaaaaaaaa, ya se te veía el plumero cuando estuviste en Huesca...
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