sábado, 9 de abril de 2022

CREYENTES A LA BAJA

 

Tomado de elpais.com

La Fundación Ferrer i Guàrdia ha presentado este jueves su informe sobre la evolución de la religiosidad y laicidad en España y ha constatado que durante los dos años de pandemia se ha acelerado la pérdida de las creencias religiosas entre la población.

Según los datos recopilados en dicho estudio –elaborado a partir de los barómetros del CIS–, si en el año 2000 solo el 13,2% de la población española se declaraba atea o agnóstica, en 2019 lo hacía el 27,5% y el pasado 2021 los no creyentes eran el 37,1% frente al 58,8% que se consideraban católicos y el 2,5% de creyentes de otras confesiones. La Fundación Ferrer i Guàrdia señala que los españoles más jóvenes son cada vez menos creyentes: el 63,5% de los ciudadanos de entre 18 y 24 años no tienen ningún tipo de creencia y el 56,2% de los encuestados de entre 25 y 34 años se declaran ateos o agnósticos. En contraposición, solo el 21,1% de los mayores de 65 años no tienen creencias religiosas.

Josep Mañé es uno de los investigadores de la Fundación Ferrer i Guàrdia que ha participado en la confección del informe. Asegura que el escándalo de los casos de abusos sexuales en la Iglesia (que se ha intensificado durante los dos últimos años) no suele, por la experiencia de otros informes, modificar las creencias de los encuestados. Aún así, el coautor del documento ha querido destacar que, tras analizar el barómetro del CIS, la fundación ha podido constatar que el porcentaje de personas “creyentes no practicantes” aumentó después de la pandemia, pasando del 41,7% al 44% entre abril y mayo de 2020. “Creemos en la hipótesis de que, debido al confinamiento y al teletrabajo, había más personas que respondieron a la encuesta telefónica del CIS y eso ha proporcionado una imagen más real. Aun así, no descartamos que la coyuntura de la covid-19 haya hecho cambiar la tendencia en cuanto a la práctica religiosa”, mantiene Mañé.

El presidente de la Fundación Ferrer i Guàrdia, Joan-Francesc Pont, se pregunta en voz alta: “¿Cuántos de los que se manifiestan creyentes lo son al 100%, al 55% o al 6%? Hay que tener en cuenta que cuando la intensidad de las creencias disminuye es mucho más fácil vivir todos juntos porque eso implica que nadie pretende ocupar todo el espacio. Un alto índice de laicidad permite una religión a la carta donde la gente coge aquello que les interesa y no lo que les traumatiza. El ejemplo más evidente es la relación del número de católicos que hay en España y las estadísticas de venta de anticonceptivos. Las cifras son incompatibles y es evidente que, afortunadamente, optan por una religión a la carta”.

El informe destaca que nueve de cada diez enlaces matrimoniales ya se realizan por la vía civil. En 2008 la mitad de los enlaces fueron civiles y desde entonces los matrimonios religiosos han descendido hasta registrase un mínimo histórico en 2020, cuando solo el 10,5% de las bodas fueron religiosas. Pese a ello, la pandemia ha reducido el número de bodas un 45% y los propios redactores del informe mantienen que es pronto para determinar la tendencia. Aun así, hay lugares donde las bodas religiosas casi han desaparecido. En Melilla, el 93,88% de los enlaces son civiles, en Cataluña el 93,59% y en el País Vasco el 93,55%.

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