La última edición del Congreso Mundial de las Familias (WCF, por sus siglas en inglés) ha acaparado el foco mediático por acoger una de las primeras intervenciones de la aristócrata e influencer Tamara Falcó tras la mediática ruptura con su ya ex pareja Íñigo Onieva, un asunto que ha saltado a la prensa generalista y que ha centrado la conversación diaria en las redes sociales.
Sus reflexiones religiosas desde Ciudad de México –que ha acogido este año el encuentro de referencia del movimiento internacional ultracatólico– han concedido al evento conservador una gran cobertura mediática. Junto a los comentarios de Falcó sobre sus intenciones de “llegar al cielo”, su entrega a la vida religiosa tras su primera visita a Medjugorje –una pequeña localidad de Bosnia convertida desde los años 80 en centro de peregrinaje debido a las apariciones marianas– y la gestión del perdón tras una infidelidad; esta cumbre ultraconservadora también ha acogido mensajes antiabortistas, en defensa del matrimonio solo entre hombres y mujeres, en contra del ateísmo y de la educación sexual en las aulas.
La marquesa de Griñón se ha estrenado como ponente en este tipo de eventos internacionales. El Congreso Mundial de las Familias se ha convertido en un gran punto de encuentro para las organizaciones ultracatólicas y para líderes de extrema derecha como Matteo Salvini, Giorgia Meloni o Viktor Orban.
La antropóloga especializada en intersecciones entre extrema derecha y género Nuria Alabao opina que la marquesa de Griñón “sabe perfectamente” cuál es el contexto del evento al que “está acudiendo”. Según defiende esta experta, Falcó es consciente de que con su presencia está otorgando popularidad a unas jornadas en las que se apuesta por “frenar derechos de las personas LGTBI, o incluso buscar activamente su criminalización, como ha ocurrido en algunos países, y también, los de las mujeres”.
Sobre la presencia de Falcó, Cornejo sostiene que aporta “una cierta imagen de glamour, de clase alta, de elegancia y un cierto aroma de éxito social que puede significar algo para un determinado perfil de gente”, añade la docente de la Universidad Complutense. Asimismo, señala que esos valores que se han asociado a la marquesa de Griñón sirven para desactivar “la imagen” vinculada la ultraderecha.
Esta estrategia no es una novedad, pero sí que ha tenido más difusión y efectividad en México. En 2019, cuando el Congreso Mundial de las Familias se celebró en Verona (Italia), ya se apostó por contar con personalidades aristocráticas. En esa ocasión, Luis Alfonso de Borbón, bisnieto de Francisco Franco y Alfonso XIII, participó como “orador VIP”.
Algunos colectivos, como Human Rights Campaign, han alertado de que este congreso –en el que se reúnen decenas de organizaciones– es uno de los “más influyentes” en la “exportación de odio”. En una entrevista con elDiario.es en 2019 el profesor de Sociología y Estudios de Género de la Universidad Libre de Bruselas (ULB), David Paternotte, explicó que esta cumbre ayuda a las organizaciones asistentes a “definir la agenda”. “Es un lugar de encuentro que sirve para fortalecer alianzas y mejorar estrategias discursivas. Están modernizando constantemente el discurso”, apunta Cornejo.
Alejada del seguimiento mediático se produjo la ponencia de otro participante español, el presidente de HazteOir, Ignacio Arsuaga, un personaje que tiene mucha más relevancia que Falcó en el engranaje del movimiento ultracatólico internacional. El impulsor del autobús que recorrió Madrid con el mensaje tránsfobo “los niños tienen pene y las niñas tienen vulva” aseveró este viernes desde Ciudad de México que ahora mismo en Occidente se está viviendo “una guerra religiosa” y “espiritual” entre el “ejército de los progre-laicista” y otro “ejército” –al que pertenece Arsuaga– conformado por una “coalición muy diversa” que agrupa a “conservadores”, “tradicionalistas”, “provida” y “profamilia”.
“Los progre-laicistas son los que quieren imponer el aborto libre, la sexualización de los niños, la ideología de género en las escuelas, la castración y la mutilación de los niños que sufren disforia de género; los que quieren reducir la población mundial, especialmente en los países del tercer mundo y prohibir cualquier expresión pública de la fe”, apuntó Arsuaga desde el escenario.
Alusiones al triunfo de Meloni
Con un tono mucho más político que el de la marquesa de Griñón, el líder de HazteOir aseveró que tanto la “ideología woke” como la “progre-laicista” se ha convertido “en una religión” y “ha ganado la mayoría de las batallas desde hace muchos años hasta el punto de llegar a convertirse en hegemónicos en la Universidad, en los medios de comunicación y en la política”.
En su interlocución, Arsuaga aludió al último éxito de la ultraderecha europea obtenido tras “denunciar el totalitarismo de la nueva izquierda”. “Giorgia Meloni se va a convertir en primera ministra con un programa electoral, con un mensaje claro y valiente en contra de esos dogmas hegemónicos”, indicó.
En relación a las declaraciones del resto de asistentes. Alabao advierte que, aunque “puede hacer gracia que Tamara Falcó vaya de influencer religiosa”, las organizaciones que promueven este congreso forma parte de “un poderoso lobby internacional que promueve ideas del conservadurismo religioso, bastante peligrosas para las vidas y los derechos de las personas”.
1 comentario:
Una niñata que no sabe dónde tiene la cara y que en su vida ha pegado palo al agua viene ahora a sentar cátedra ante los fundamentalistas.
Venga hombre...
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