“Sí, sí, las HolyCards”, dice Alicia Rodríguez, propietaria de la librería San Marcos, cuando se le pregunta por los nuevos cromos cofrades de los que todo el mundo habla en Sevilla. “Un éxito absoluto”, afirma con rotundidad antes de señalar que el álbum lleva agotado desde que entró estas navidades y que venden una media de 50 sobres de estampitas al día.
Detrás de este coleccionable de la Semana Santa de Sevilla que lleva poco más de un mes en el mercado, se encuentran el gaditano Javier Ayala Diosdado y Juan Carlos Ramos Picchi desde la capital hispalense. “La idea que siempre hemos tenido es la de sacar cosas relacionadas con lo nuestro, con nuestras fiestas, y también nos gusta innovar”, cuenta el fundador sevillano para explicar el origen de las HolyCards, todavía desde el asombro: “Sabíamos que tendría tirón, pero nunca te esperas tanto”.
Ese “tanto” al que alude Picchi supone haber ampliado la tirada inicial de 10.000 a 18.000 álbumes, acoger a cientos de coleccionistas en cada “holyquedada” (la quinta se celebra este sábado), haber vendido en una semana de la temporada de navidad “lo que teníamos pensado vender en tres meses”, recibir solicitudes desde diferentes puntos de España y, en definitiva, haber creado una comunidad que trasciende ya fronteras geográficas y virtuales.
Pero “en Sevilla esto no es solo cosa de niños”. “Aquí nos gusta [la Semana Santa] y somos jartibles en todas las edades y se puede comprobar en cada quedada que se hace”, reconoce Alba Villanueva. Esta sevillana de 23 años empezó la colección en navidades: “Mi madre, por complicaciones de salud, ha estado ingresada todas las fiestas y para llevarle algún entretenimiento y que fuese un estímulo para ella, compré tres sobres un día”. A partir de ese momento, viendo el efecto tan positivo que surtió en el estado anímico de su madre y que otros amigos de su entorno también estaban coleccionando, se animó a terminar el álbum (su regalo de Reyes), recuperando así una afición que solía compartir de pequeña con su hermano y los cromos de fútbol.
También Javier Baquero, de 24 años, pasó su niñez coleccionando futbolistas. Cuando descubrió las HolyCards en un anuncio de Instagram, pensó “¿por qué no probar?”. Ahora vuelve a tener “el taco de cromos en el bolsillo”, junto al “boli y el papel donde anotas lo que consigues”, solo que los intercambios los hace con sus compañeros de trabajo. “Es como volver a la infancia”, garantiza este joven con la voz impregnada de un entusiasmo infantil.
Atribuye su “enganche” a que su primer sobre “fue de escándalo”: “Me tocó el Gran Poder, Tres Caídas, Calvario...”. Y desde entonces ha ido completando las 60 hermandades que atesora la ciudad, con los nueve cromos que le corresponden en el coleccionable. “Ese es el mejor acierto, que estén todas las hermandades”, opina este sevillano, que asegura que todos los círculos cofrades se han contagiado de ese espíritu fraternal que despierta las HolyCard.
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