Tomado de elperiodico.com
Si les mencionan a José Apeles Santolaria es muy posible que desconozcan de quien les están hablando, a no ser que incidan en el primero de los apellidos: Apeles. Es seguro que entonces que su memoria televisiva se active y les haga retrotaerse a los años 90. Pero si les hablan del padre Apeles entonces harán bingo y recordarán los programas 'Moros y Cristianos’,‘Crónicas Marcianas’ o 'Salsa rosa' y al ínclito personaje religioso.
Una época de televisión 'trash', gamberra y punki, repleta de personajes estrambóticos, reales o creados, frikis e iluminados. Platós de televisión en los que Paco Porras, Leonardo Dantés, Tamara y su madre, Pozí, Carmen de Mairena, Arlequín, Carlos Jesús y Mocito Feliz, entre otros, eran las reinas tristes de la noche.
Y entre ellos, alzacuellos y blazer en ristre, estaba el padre Apeles, sacerdote catalán de catolicismo tradicionalista y comentarios ultramontanos, que se convirtió en el contrapunto apostólico, conservador y pausado a tanto jolgorio 'friki', a pesar de protagonizar algún que otro sonado escándalo como su imposible romance con la 'starlet' Yola Berrocal, su pelea con Aramis Fuster o dando de comer a Ivonne Reyes.
En un discreto anonimato mediático desde el 2017, José Apeles ha vuelto a ser noticia en estos días después de que el Ejercito de Tierra lo haya ascendido a capitán. Y es que el abogado, licenciado en Historia y Ciencias Económicas, presentador del 'Telecupon' junto a Carmen Sevilla, escritor, próximo hermano terciario de los Predicadores de Santo Domingo de Guzmáns y sacerdote monárquico ordenado en Roma en 1993, y del que un día la Conferencia Episcopal de España aseguró que "nunca ha pertenecido a diócesis española alguna o a institutos o a congregaciones radicadas en España, ejerciendo el sacerdocio fuera de toda jurisdicción", también es militar.
Apeles curso la carrera militar en el 2006 en el centro de Formación de Tropa de Cádiz y tras alcanzar la graduación de teniente, ahora, BOE mediante, ha sido ascendido a capitán como reservista voluntario de la Subdelegación de Defensa de Tenerife. Al parecer, el ascenso de Apeles, de 54 años, no ha sido por los méritos en el servicio o en el ejercicio militar, sino que ha sido promovido de forma automática por antigüedad.
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