miércoles, 10 de febrero de 2021

VARONES, CATÓLICOS Y CON PADRES CASADOS

Tomado de elpais.com
 
En el siglo XIV, la Corona, la Iglesia y la Nobleza regían las principales instituciones políticas, económicas y culturales europeas y el ingreso en ellas se reservaba a quienes pudiesen acreditar hidalguía y limpieza de sangre. En el siglo XXI la situación ha cambiado notablemente, aunque no en todos sitios por igual.

El Real Colegio de San Clemente de los Españoles, en Bolonia (Italia), presume de ser la única institución medieval de su clase que aún pervive. Fundado en 1364 por el cardenal Gil de Albornoz, que lo designó heredero universal de sus bienes, por las estancias del espléndido palacio que le sirve de sede, con capilla gótica y fachada renacentista, han pasado figuras como Antonio de Nebrija, el conde de Romanones o Leandro Fernández de Moratín.

Más de 650 años después de su fundación, el colegio sigue concediendo una docena de becas que incluyen el coste de la matrícula, viaje, manutención y alojamiento para los estudiantes que cursen el doctorado europeo de investigación en la Universidad de Bolonia por un periodo de dos a tres años. Las ayudas se conceden en función del expediente académico de los aspirantes, pero, según sus estatutos, solo pueden acceder a ellas los varones españoles católicos e hijos legítimos; es decir, cuyos padres estén casados.

Hace años que Exteriores quiere cambiar por decreto estos requisitos, abiertamente inconstitucionales, pero tropieza con la oposición del actual presidente del patronato, Iván de Arteaga y del Alcázar, marqués de Ariza, Almunia y Valdemediano, quien sostiene que se trata de una institución privada, que no recibe ayudas públicas y que no está sujeta al Derecho español. Para suavizar la discriminación flagrante que suponen los estatutos, añade que ya no se pide a los becarios que acrediten ser hijos legítimos, y el pasado verano se anunciaron por vez primera becas para mujeres, aunque no en la sede del colegio. Como a los varones, se les exige “ser católicas practicantes” y, además, una declaración jurada, que no se pide a ellos, de “observar buena conducta social y moral”.

Para intentar zanjar el asunto, en octubre de 2019, el Ministerio de Exteriores elevó una consulta al Consejo de Estado sobre el procedimiento para modificar los estatutos de la institución. Su dictamen, aprobado por unanimidad el pasado 4 de febrero, no deja lugar a dudas: el Real Colegio de San Clemente de los Españoles de Bolonia es una “institución singular, española, secular, vinculada al Ministerio de Exteriores, de base originariamente privada”, pero con características que la aproximan a una entidad pública. El Gobierno, agrega el dictamen, “tiene competencias para aprobar unos nuevos estatutos”, que se acomoden a las “exigencias constitucionales”.

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