martes, 9 de febrero de 2021

LAS DIFICULTASES PARA DENUNCIAR A LOS CURAS PEDERASTAS

Tomado de elpais.com
 
El Vaticano ha expulsado del sacerdocio al salesiano español Juan José Gómez Serrano por violar a varios menores entre 2011 y 2016 en el centro de acogida para niños de la calle que dirigía en Porto Novo, Benín, al oeste de África. Así consta en la comunicación oficial de la orden a los afectados. En la denuncia inicial se contabilizaban al menos una decena de víctimas, y fuentes conocedoras del proceso aseguran que son “numerosísimas”, en un centro por donde pasaban 2.000 menores al año.

El caso fue denunciado por varios voluntarios españoles en 2015 en la Audiencia Nacional, cansados de no ser escuchados por la orden. Allí se ha archivado de forma provisional a la espera de nuevas pruebas y ahora confían en que se reabra. Porque, tras su expulsión de los salesianos, este condenado por pederastia en la justicia eclesiástica ha dejado la residencia de la congregación donde estaba apartado desde hace cuatro años y simplemente queda libre en España.

La causa de la Audiencia, muy compleja. En estos años a la espera de justicia, varias víctimas han denunciado amenazas y agresiones de amigos del cura pederasta en Benín para que no colaboraran en el proceso.

En sus comunicaciones, el fiscal afirma ser consciente de las extorsiones que las víctimas han sufrido desde que dieron el paso de declarar contra el pederasta. El documento detalla las fases de la investigación canónica, que duró 14 meses y donde se interrogó e “involucró” a 30 testigos —salesianos y laicos—  porque tuvieron alguna relación con Gómez o bien porque en algún momento hubieran tenido contacto con el centro de acogida de la orden en Benín.

La pederastia de sacerdotes españoles en otros países está aún por descubrir, pues incluso en el pasado a los que eran acusados en España simplemente se les enviaba de misioneros. La relevancia de Gómez en Benín y en el mundo de la cooperación era notable. Su trabajo como director del programa salesiano para salvar a niños de la calle le llevó a aparecer en medios españoles y a ser reconocido en un documental sobre el tráfico de menores en África, titulado No estoy en venta. Pero había una cara oculta. Tanto sus víctimas como algunos misioneros que trataron con él revelaron a este diario que su actitud en Porto Novo era dictatorial, ejerciendo chantaje y maltrato físico a los menores.

En 2013 dos voluntarios advirtieron de estas prácticas a la orden en un informe. Portavoces de los salesianos afirman que “no consta” el informe y nunca lo recibieron. El poder del “padre Juanjo” siguió intacto tres años más. Fue en 2015 cuando varios voluntarios españoles decidieron denunciar los abusos a los superiores de la orden y, directamente, en la Audiencia Nacional. Dieron el paso después de que una de las víctimas les revelase que “el padre Juanjo” abusaba sexualmente de él y de varios de sus compañeros. Los denunciantes aseguran que “Juanjo manipuló el proceso y manipuló a varias de las víctimas y testigos para que se retractaran de su declaración inicial”. “La investigación policial se cerró a comienzos de 2016 porque, según los agentes africanos, no había pruebas y todo era una invención de los voluntarios”, explican. Pero en mayo de 2016, llegaron a los salesianos de España nuevas denuncias de otras víctimas. La orden por fin actuó y exigió a Gómez que regresara a España para recluirse en una casa de los salesianos en Madrid, donde ha residido a la espera de la resolución del expediente.

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