martes, 16 de noviembre de 2021

NUEVO GENERAL DE DIVISIÓN, RESIDUO DEL NACIONALCATOLICISMO

Tomado de religiondigital.org
 
RD ha podido confirmar de fuentes de toda solvencia que el nombre de Aznárez, que sonaba con fuerza para dirigir una importante diócesis, ha sido una solución urdida en secreto entre Nunciatura y antiguos sectores que no se resisten a socavar la autoridad de la actual cúpula episcopal, a la que el nombramiento ha cogido con el pie cambiado.

Y es que, tras la muerte de Juan del Río, las negociaciones para el nombramiento del nuevo arzobispo castrense se han visto trufadas de injerencias políticas y eclesiásticas. En esta tesitura, el sector ultraconservador (con fuerte implantación en el Opus Dei y el mundo castrense) se ha movido como pez en el agua. Todo ello, sin olvidar que el actual arzobispo de Pamplona, Francisco Pérez, fue anteriormente arzobispo castrense, y su opinión ha sido tenida en cuenta.

Primero, tratando de 'sacar' de las negociaciones directas con el Gobierno al actual portavoz, Luis Argüello (un candidato muy del agrado del Rey); después, colocando en la terna a Jesús Sanz, con el indisimulado objetivo de 'acercarle' a Madrid; y finalmente, jugando al despiste con Montes Herreros para dar la estocada con Aznárez, en una maniobra en la que la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha podido ser utilizada, o jugado un doble papel, pues habría dado su visto bueno a la candidatura de José María Gil Tamayo, hasta las últimas horas el candidato 'oficial' y que, tras unas primeras dudas, había sido visto con buenos ojos por la Casa Real.

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